«Adolescencia»: la serie de Netflix que desnuda la violencia misógina que germina en Internet
Sociedad
Por: Carolina De La Torre - 03/27/2025
Por: Carolina De La Torre - 03/27/2025
Desde su estreno a inicios de marzo, Adolescencia (Philip Barantini, 2025) ha desatado un debate feroz sobre la misoginia arraigada en la sociedad contemporánea. Creada por Stephen Graham y Jack Thorne, la miniserie británica nos sumerge en un relato que incomoda y sacude: Jamie Miller, un adolescente de 13 años, es acusado de asesinar a su compañera de escuela, Katie, con un cuchillo de cocina. Pero más allá del crimen, la serie nos lanza de cabeza a una realidad perturbadora: la llamada "cultura Incel" y su influencia en las nuevas generaciones.
A lo largo de sus episodios, Adolescencia no solo sigue el proceso judicial de Jamie, sino que nos arrastra a través de las reacciones de su familia, la policía, su escuela y la comunidad. Conforme avanza la historia, se desvela que Jamie frecuentaba foros en los que se incuban discursos de odio disfrazados de lamentos solitarios. La ideología Incel –abreviatura de "Involuntary Celibacy" (Celibato Involuntario)– nació como un espacio de apoyo, pero en muchos rincones de Internet ha mutado en un hervidero de resentimiento donde algunos hombres culpan a las mujeres por su aislamiento romántico o sexual.
Uno de los conceptos clave en la serie es la llamada "Teoría del 80/20", la cual sostiene que el 80% de las mujeres solo buscan al 20% de los hombres con mayor estatus, dejando al resto fuera del juego. Adolescencia muestra cómo esta mentalidad puede empujar a jóvenes a una espiral de odio y violencia. Pero esta narrativa no es solo es actual o sobre ellos, también es sobre cómo las adolescencias y los niños están masivamente expuestos a estos discursos sin antes poder discernir la información, absorbiendo conceptos distorsionados sobre género, deseo y valor propio. En esta tormenta, el machismo se vuelve una jaula sin escapatoria: los hombres que no cumplen con la imagen de éxito –ser fuertes, tener dinero, ser atractivos– son marginados, mientras que las mujeres siguen siendo reducidas a su físico, a lo que los demás opinan de ellas. La falta de una educación sexual integral y un verdadero apoyo psicológico en la adolescencia solo intensifica el problema, dejando a toda una generación flotando en la incertidumbre de su propio valor.
Si bien no se basa en un hecho específico, Stephen Graham confesó que la serie surgió de una inquietante acumulación de casos reales: asesinatos cometidos por adolescentes con trasfondos misóginos. "Me impactó ver la frecuencia con la que ocurrían estos crímenes", declaró en una entrevista para Netflix. "Quisimos hacer una serie que expusiera este problema y nos hiciera cuestionarnos qué está sucediendo con nuestra juventud".
El desenlace de Adolescencia no busca redenciones fáciles. No pretende justificar a Jamie ni ofrecer respuestas cómodas, sino mostrar las grietas que deja la violencia en todos los que toca. En el último episodio, la familia del acusado intenta continuar con su vida, pero el estigma del crimen los acecha. Su casa es vandalizada, son hostigados por la comunidad y el resentimiento se convierte en un monstruo sin dueño. En una escena brutal, Eddie, el padre de Jamie, estalla y golpea a un joven que rayaba su camioneta, mostrando que la violencia no solo destruye a las víctimas directas, sino que se contagia y transforma a quienes la rodean.
Cada capítulo de la serie fue grabado en plano secuencia, una decisión que no solo es estética, sino que amplifica la sensación de claustrofobia y desesperación. Desde los primeros minutos, la cámara nunca suelta a los personajes, obligándonos a seguirlos sin respiro, atrapados en la misma persecución emocional en la que ellos están inmersos. Este seguimiento ininterrumpido refuerza la sensación de asfixia, de que no hay un solo momento de escape, haciendo que el espectador se sienta sofocado dentro del problema. La urgencia se convierte en una presencia física, en una presión constante que amplifica la crudeza de la historia.
Adolescencia no es una serie fácil de digerir, pero su impacto es innegable. En una era donde el odio en línea se traduce en agresiones reales, la serie lanza una advertencia urgente: la misoginia no es solo un problema virtual, sino un fenómeno que, si no se confronta, sigue mutando y arraigándose en nuestra sociedad. Con una actuación brutal de Owen Cooper en el papel de Jamie (en su debut actoral) y un guion que no se preocupa por endulzar la realidad, la serie deja una pregunta que resuena mucho después de que caen los créditos.