¿La actividad cerebral durante la fase más profunda a la que “entramos” dormidos podría ser la clave para que el mundo de los sueños se comunique con el mundo de la vigilia?
Esto se debe a la reactivación neuronal durante la ensoñación lúcida, parte de la denominada “fase REM”, también conocida como “sueño paradójico” o “sueño con movimientos oculares rápidos”, debido a que los ojos se mueven constantemente de un lado a otro. . aunque los párpados permanecen cerrados. La respiración se acelera, y las ondas cerebrales, la frecuencia cardíaca y la presión arterial se asemejan a nuestra condición despierta.
La lucidez que recuperan quienes duermen se explica por un bloqueo en el tronco cerebral de las neuronas motrices, los músculos y sus funciones sensoriales, impidiendo que nos podamos mover y relajando el cuerpo al máximo. El cerebro se muestra sumamente inquieto, recupera la autoconsciencia y la sensación de que manipula parte de lo que sucede.
A lo largo de una larga noche, alternamos entre el conocido como “sueño lento” o “NREM”, y lo que denominamos “soñar”, la mencionada fase REM, una ilusión u otro tipo de experiencia de realidad. Durante la vida, soñamos más o menos mientras dormimos, cerca del cincuenta por ciento del tiempo los recién nacidos, un veinte los adultos y un quince los ancianos.
Detrás del desarrollo de un “lenguaje” para comunicar a personas dormidas y despiertas está el ruso Michael Raduga, especialista del laboratorio del sueño de la Clínica Neurológica de la Universidad de Frankfurt en Alemania y fundador del Phase Research Center en 2007. “Remmyo” consiste en el primer software basado en los movimientos específicos de los músculos faciales que llegan a ocurrir durante los sueños lúcidos. De acuerdo con su creador:
Cualquier persona capaz de tener sueños lúcidos podría comunicarse en remmyo mientras duerme. puede aprender durante las horas de vigilia, como cualquier otro idioma.
Seis grupos de movimientos que pueden detectarse mediante sensores “EMG” o de “electromiografía” fundamentan Remmyo. Los impulsos eléctricos leves que mueven los músculos faciales mientras dormimos casi paralizados son captados y transferidos a este software que interpreta, escribe y vocaliza. Remmyo cuenta en su cerebro virtual con información almacenada de diversos diccionarios, traduciendo a otro idioma lo que estaría "hablando" una persona dormida. Así lo describe el propio Raduga:
Se puede transferir toda la información importante de los sueños lúcidos utilizando no más de tres letras por palabra. Podemos vocalizar digitalmente Remmyo o su traducción en tiempo real, lo que nos ayuda a escuchar el habla de los sueños lúcidos.
La ensoñación sigue siendo todo un enigma desde un punto de vista científico o convencional. Puede que se trate de estados de “semiconsciencia” o “híbridos” entre vigilia y sueño.
Ha habido intentos anteriores a Remmyo para comunicar a personas despiertas con personas en la fase REM. Un estudio de 2021 realizado por la Universidad Northwestern descubrió que algunos sujetos de prueba con sueños particularmente realistas compartieron a los investigadores la idea de que estaban despiertos, gracias a movimientos oculares y musculares. Este experimento, sin embargo, no incluyó un lenguaje especializado, aunque sí que permitió comunicarse a los dos lados del casi mágico telón onírico.
Y es que, aunque el creador detrás de Remmyo busca un camino para acercar más todo tipo de experiencias humanas, sigue una senda desconocida por la que quiere que pasen, tanto la objetividad, como el encanto. De acuerdo con su libro The Phase: Shattering the Illusion of Reality o La Fase: Rompiendo la ilusión de la realidad , publicado en 2013:
La práctica de los estados de fase de la mente es la actividad más candente y prometedora de la era moderna. A diferencia del pasado, los conceptos de “experiencia extracorporal” y “proyección astral” ya han perdido su halo místico y su base real ha sido estudiada minuciosamente desde el enfoque más sensato. Hoy en día, este fenómeno es accesible a todos, independientemente de su visión del mundo. Ahora se sabe cómo dominarlo fácilmente y aplicarlo de manera efectiva. Proporciona a cada persona algo con lo que antes solo se podía soñar: una realidad paralela y la posibilidad de existir en dos mundos.
Raduga se ha enfrentado al escepticismo sobre la eficacia de su experimento, sobre todo tras un proceso de revisión por parte de colegas. Los resultados pueden leerse en la revista Psychology of Consciousness: Theory, Research and Practice, los cuales, desafortunadamente, no resultaron ser concluyentes. De momento, Remmyo ha demostrado una eficacia de entre el trece y el ochenta y un por ciento, aunque es un proyecto en etapa inicial que promete mejorar en el futuro su aún imperfecta metodología de traducción:
Es difícil usar un solo músculo de la cara para decir algo en Remmyo. Sin querer, las personas tensan más de un músculo y los sensores EMG lo detectan todo. Ahora usamos solo algoritmos escritos a mano para superar el problema, y usaremos el aprendizaje automático y la inteligencia artificial para mejorar la decodificación de Remmyo.
Afortunada o peligrosamente, la humanidad se está acercando a un escenario de ciencia ficción donde el reino de los sueños dejará de ser el último dominio personal completamente inviolado. De momento, el software de traducción de Raduga es una gran propuesta en ciernes y el primer intento mayor de ofrecer una vía de comunicación en un lenguaje general con las personas cuando nos distanciamos del mundo que nos rodea, despiertos de otra manera.
Es posible que estas investigaciones lleven algo demasiado ordenado a los sueños: nuestra relación convencional con las cosas y las personas, inhibiciones, certezas, incluso cierto sentido de la forma. Pero puede que, por el contrario, aquellas dejen escapar algo secreto y maravilloso, que rápidamente se olvida o que manipulamos despiertos, contaminando la Tierra con otra inmensidad. Como escribió el novelista japonés Haruki Murakami:
La respuesta son los sueños. Soñar una y otra vez. Entrar en el mundo de los sueños y no salir nunca. Vivir en sueños por el resto de los tiempos.
Imagen: mujer soñando, Ron Lach, Pexels.