Rāhu: el demonio de los eclipses y la influencia planetaria en la astrología védica
AlterCultura
Por: Joaquín Bretel - 04/08/2024
Por: Joaquín Bretel - 04/08/2024
En la antigua mitología hindú, Rāhu es considerado un planeta (graha) que desempeña un papel crucial en la producción de eclipses solares y lunares según la astrología védica. Su historia se remonta al legendario evento del "Batido del Océano de Leche", un episodio alquímico fundamental en la cosmología hindú.
Según los relatos, durante el "Batido del Océano de Leche", los dioses y los demonios se unieron para obtener el néctar de la inmortalidad (amṛta) del océano primordial. Utilizaron la serpiente cósmica Vasuki como cuerda y el monte Mandera como varilla para agitar el océano y extraer los tesoros ocultos en su interior. Este acto simbólico representa el proceso de creación y revelación de la divinidad, que es concentrada en el líquido precioso, el amrita.
Sin embargo, un demonio logró obtener el amṛta, pero antes de que lo bebiera, Viṣṇu, atento a esta acción, decapitó al demonio con su disco, dando origen a Rāhu y Ketu, los nodos lunares norte y sur respectivamente en la astrología védica. Como venganza por su muerte, Rāhu se convirtió en un demonio que persigue al Sol durante los eclipses solares, mientras que Ketu hace lo mismo con la Luna durante los eclipses lunares. Este acto simboliza la lucha eterna entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad.
En la astrología védica, se cree que los nueve planetas, incluido Rāhu, ejercen una influencia significativa en la vida de los seres humanos. Se considera que cada planeta encadena el alma individual en la existencia cíclica, influyendo en el destino y el karma de cada individuo. Sin embargo, a través del yoga, los rituales y la devoción, se puede mitigar la influencia de los planetas y alcanzar la liberación espiritual.
Al igual que en la astrología occidental, griega y hermética, en la astrología india, los planetas en su conjunto, más allá de que algunos puedan tener influencias benéficas, son parte de un mecanismo de control del alma humana. En última instancia son como los guardianes de una prisión, aunque también puedan verse como custodios del tesoro de la libertad. El término sánscrito "graha" que nombra a los planetas también significa tomar, poseer o aprisonar; los planetas y sus influencias poseen a los individuos. La libertad total solo existe más allá de su asidero, en el cielo puro, libre del karma.