En las profundidades del Museo Getty en Los Ángeles, un conjunto de antiguos fragmentos de rollos funerarios ha permanecido oculto en una bóveda, protegido de la luz y del paso del tiempo. Estos fragmentos, conocidos colectivamente como el Libro de los muertos, son testigos silenciosos de las creencias y prácticas del antiguo Egipto relacionadas con la vida después de la muerte.
Una de las piezas más destacadas es el Papiro de Pasherashakhet, que data aproximadamente del 375 a. C. al 275 a. C. Esta pieza, junto con otras, formaba parte de la vasta colección del anticuario británico Sir Thomas Phillipps, quien soñaba con poseer una copia de cada libro en el mundo. Después de su muerte, estos valiosos fragmentos fueron adquiridos por el librero de Nueva York Hans P. Kraus, quien finalmente los donó al Museo Getty en 1983.
Durante décadas, estos escritos han estado guardados, esperando el momento adecuado para ser revelados al mundo. Ese momento ha llegado. El 1o de noviembre, el Museo Getty abrirá una exposición que mostrará siete de las piezas más representativas de esta colección al público por primera vez.
Rita Lucarelli, egiptóloga de la Universidad de California, Berkeley, expresó su entusiasmo por la exposición, destacando la importancia de estos fragmentos en el estudio de la cultura egipcia. Según Lucarelli, el Libro de los muertos contiene "importantes ejemplares de uno de los corpus más famosos del antiguo Egipto".
El Libro de los muertos no es simplemente una colección de textos antiguos. Es una ventana al pasado, una guía que revela cómo los antiguos egipcios veían la muerte, el más allá y el viaje del alma. Es un testimonio de la búsqueda eterna de la humanidad por entender lo desconocido y encontrar consuelo en la idea de la vida después de la muerte.