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La apertura a las experiencias brinda una mejor implementación de herramientas adaptativas ante cualquier circunstancia y, por tanto, un cada vez más fuerte empoderamiento frente a la vida

Cuando el empirismo surgió, esta corriente que considera que la experiencia facilita el conocimiento se mostró como un atentado en contra del racionalismo; sin embargo, luego del paso de los siglos y los estudios, la investigadora Anna Antinori ha demostrado que la apertura a las experiencias tiene un impacto positivo en varios aspectos del ser humano. 

La apertura, menciona Antinori en el Journal of Research in Personality, se correlaciona con la inteligencia a nivel neuronal y cognitiva y con la reducción de los efectos dañinos de la demencia. Tras el análisis de 134 estudiantes se encontró que, de hecho, este rasgo de personalidad afecta a cada aspecto básico de la percepción visual, resultando en una concepción más segura del mundo y el entorno. 

Mediante una serie de preguntas y unos binoculares con dos diferentes imágenes para cada ojo, los investigadores pidieron a los alumnos describir su percepción sobre esta experiencia. Dado que el cerebro usualmente se enfrenta a ese golpe al suprimir alternativamente las imágenes, se esperaba que los estudiantes desarrollaran una experiencia subjetiva de ver una imagen más que la otra o ambas al mismo tiempo, y a partir de ahí retomaran la receptividad a las nuevas experiencias. Sorprendentemente, los participantes con una personalidad con necesidades más creativas experimentaron una percepción mezclada en un menor tiempo que los individuos con un menor rango de apertura a la experiencia. 

Los investigadores no consideran que una respuesta simple, como decir que las imágenes están mezcladas, represente completamente la apertura a la experiencia; por ello, en una experimento final, se indujo a los participantes a un estado de ánimo positivo mediante una herramienta de imaginación y música, lo cual incrementó la intensidad de la experiencia perceptual en estudiantes con mayor rango de apertura: “Ofrecimos la primera evidencia de que los individuos con mayor apertura a la experiencia puedan también tener niveles característicamente diferentes de las experiencias perceptuales visuales”.

Esto quiere decir que el proceso neuronal de una mayor experiencia diverge en la manera de percibir el mundo y, por lo tanto, de desarrollar las habilidades cognitivas. En otras palabras, la apertura a la experiencia brinda una mejor implementación de herramientas adaptativas ante cualquier circunstancia y, en consecuencia, un cada vez más fuerte empoderamiento frente a la vida. Podría tratarse tan sólo de seguir y creer en el precepto griego del Panta rei o “Todo fluye”.