Por qué deberías de dejar Google Chrome y mejor utilizar Opera
Medios y Tecnología
Por: pijamsurf - 05/19/2017
Por: pijamsurf - 05/19/2017
El mundo de los navegadores en los últimos años ha empezado a ser dominado por Chrome; de nuevo Google devora el pastel. La idea que se tiene es que Chrome es el navegador más ligero, rápido y tiene la ventaja de tener add-ons o extensiones. Esto es en gran medida una ilusión, como han descubierto los redactores de Digg y de Motherboard (y como ha notado cualquiera que utilice Chrome de manera saturada, abriendo múltiples ventanas al mismo tiempo).
Chrome tiene un gran problema, que puede constatarse fácilmente checando en la parte de tu computadora que monitorea la actividad o el consumo de RAM de los programas que tienes corriendo. A grandes rasgos, en el caso de personas que gustan de mantener todo abierto, Chrome alenta y llega a dejar pasmada tu computadora, a veces usando varios GB de RAM.
Esto mismo no ocurre con Opera. Opera es un navegado que se puede usar con Windows, macOS y también con Linux. De hecho, a Opera le debemos modalidades como el speed dial, el bloqueador de pop-ups, la navegación privada y muchas otras innovaciones adoptadas luego por otros buscadores. Opera, según comparten Motherboard y Digg, soporta una navegación sin consumir tanto RAM. Opera permite también extensiones y corre sin problemas video, plugins y demás scripts. De hecho es casi lo mismo que Chrome, sólo que sin consumir tantos recursos e idiotizar a tu computadora. Estos son los beneficios de la inteligencia colectiva.
Existe otra razón para hacer el cambio a Opera. Google es seguramente una corporación más poderosa que la mayoría de los países del mundo y tiene una cantidad de datos que lo están acercando a una especie de singularidad. La concentración de poder no es algo bueno en un mundo en el cual la élite no tiene mucha ética que digamos (aunque el slogan de Google es "Don't be evil"). Al bajarle a tu uso de plataformas de Google dejas de alimentar a la Matrix, aunque sea mínimamente.