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Pocos logran atravesar los muros y guardias que protegen este archivo que contiene 80 kilómetros de libros históricos y misteriosos documentos

Si quieres consultar los tesoros guardados en el "archivo secreto" del Vaticano, entonces deberás atravesar la Porta Sant'Anna, pasar los filtros de la famosa guardia suiza del Vaticano, cruzar el Cortile del Valverde y presentar tus credenciales. Pero antes, mucho antes de ese proceso tendrás que haber solicitado por escrito autorización, acreditar tu prestigio como investigador y la relevancia de tu trabajo –periodistas, estudiantes o simples historiadores quedan descartados– y obtener el visto bueno para acceder. Entonces podrás celebrar que apenas desde 1881 ya se permite el acceso, aunque exclusivo, de personas ajenas a la jerarquía católica. 

Una vez habiendo penetrado al lugar, tendrás que solicitar los documentos que específicamente quieres consultar (respetando un máximo de tres al día). Los títulos tendrás que seleccionarlos de un catálogo escrito en una mezcla de latín e italiano y que condensa el laberinto conformado por un archivo con 80km de libros y documentos. Si llega a ocurrir que en los documentos que solicitaste no está la información que buscas, entonces tendrás que marcharte y regresar al día siguiente.

Evidentemente el Vaticano no se esfuerza para que alguien pueda navegar por su atesorada información; y queda claro que aún en el siglo XXI esta institución no es precisamente devota de la apertura del conocimiento, ese mismo conocimiento que han mantenido en la sombra durante siglos y que está conformado, en buena medida, por información que la iglesia católica extrajo de otras culturas durante sus campañas de evangelización o incluso de personajes que en su momento condenó y a quienes confiscó información valiosa. 

​Entre los documentos históricos que pueden encontrarse en el llamado "Archivo secreto del Vaticano" (Archivum Secretum Apostolicum Vaticanum) se encuentran los siguientes. Cabe destacar, previo a compartir la lista, que a lo largo de la historia se ha denunciado en múltiples ocasiones la extracción --por parte de la iglesia y entre pueblos que fueron conquistados y evangelizados-- de información y documentos de incalculable valor, muchos de ellos incluso sagrados. Algunos de estos, suponemos, se encontrarán entre los kilómetros de repisas del archivo, pero muchos otros seguramente ni siquiera se esconden aquí. 

 

Entre los documentos históricos:

Anotaciones del juicio contra Galileo en 1633, así como de múltiples juicios por herejía, algunos de ellos contra miembros de los Caballeros Templarios. 

La bula papal con la que se excomulgó a Martín Lutero en 1621.

Una carta del papa Clemente XIII dirigida al séptimo Dalái Lama solicitando protección para misioneros franciscanos en el Tíbet.  

 

​Entre los documentos que se especula que podría albergar:

Referencias ya sea a la descendencia biológica de Jesucristo o a pruebas históricas de que esta figura no existió como tal. 

El documento en el que se detallan los Tres secretos de Fátima, y que hace alusiones calendáricas al Apocalipsis. 

De acuerdo con investigadores e incluso con el Museo Erótico de Copenhague, en estos archivos se guarda la mayor colección de pornografía del mundo. 

Documentos que aluden a órganos secretos de poder, por ejemplo los Illuminati, o alusiones a contactos extraterrestres y máquinas del tiempo.