En muchas ocasiones el budismo es considerado como algo serio y aburrido; algo sólo para personas maduras que se han desprendido de las diversiones y bienes materiales. Sin embargo, se trata de una práctica que más allá de trascender las banalidades les devuelve su verdadero valor en relación con la supervivencia humana, es decir que no las desprecia sino que las vive, otorgándoles el riguroso sentido que merecen.
En el caso de la música, esta filosofía la aprehende como parte importante de su práctica meditativa. Si bien el tipo de música se enfoca principalmente en el equilibrio de los chakras, ¿quién podría negar que el techno tendría el poder para facilitar el trance de lo terrenal hacia lo espiritual?
Para Gyōsen Asakura, antiguo DJ convertido en monje budista, existía la posibilidad de usar la música techno como medio meditativo en un templo japonés, de modo que para atraer a seguidores del budismo más jóvenes Asakura convirtió respetuosamente el esplendor del templo Shō-onji, en la ciudad de Fukui, en fulgurosas luces y sonidos electrizantes.
Esta iniciativa tuvo lugar luego de que varios templos budistas del país –alrededor de 434– han tenido que cerrar en los últimos 25 años y otros 12 mil 65 se han visto forzados a desalojar a los monjes de sus residencias. De acuerdo con lo que reporta el periodista Craig Lewis en Buddhistdoor Global, “el budismo se está acercando a un punto crítico en Japón”, reflejando una pérdida de fe a lo largo de toda la población.
Sorprendentemente el encuadre de Asakura se ha convertido en un fenómeno exitoso, pues no sólo atrae a seguidores más jóvenes sino que también rinde homenaje a la sacralización del templo:
Originalmente, las decoraciones de oro en el templo son expresiones del paraíso lumínico. Sin embargo, la luz de un templo tradicional no ha cambiado en los últimos mil años con velas o electricidad. Al principio me sentí dubitativo, y entonces pensé en expresar el paraíso con el último set de luces como el mareo 3D. […] Las personas usan la tecnología más avanzada para decorar los templos con hojas de oro, entonces ¿por qué no hacer uso de la tecnología actual para evocar la “luz del mundo” budista?
Hasta el momento, Asakura ha recolectado 3 mil 300 dólares.