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El placer sexual va más allá de aquellas zonas del cuerpo que usualmente asociamos con el sexo

Al escuchar la mención de “zonas erógenas” lo que primero que nos viene a la mente son aquellas partes de la anatomía humana como los senos, clítoris, pene, pezones y el punto G. Ya que estas zonas cuentan con numerosas terminaciones nerviosas que las proveen de una sensibilidad especial, crucial para la excitación y el orgasmo. Sin embargo hay partes de nuestro cuerpo que a pesar de contar con menos terminaciones también son erógenas, sobretodo si se les toca de la manera apropiada. Algunos ejemplos de esto son  los antebrazos, el abdomen, la cabeza y los párpados. 

La cuestión es que nos conviene ampliar lo que entendemos por integración sexual o erótica, ya que este cambio de perspectiva está directamente relacionado con una apertura en nuestra capacidad de disfrutar de la sensualidad. Esto puede ser especialmente útil cuando debido a una enfermedad, lesión o cirugía no se puede tener sexo de la manera en que se acostumbra. O simplemente para abrir nuestra percepción a un abanico de nuevas sensaciones y experiencias sexuales. De tal manera que cuando se trata de placer sensual vale tomar en cuenta las siguientes partes de tu anatomía:

1. El cerebro

Aunque usualmente consideremos nuestro cerebro como el depositario del raciocinio, en realidad también es una zona erótica que establece una conexión entre lo que vemos y lo que sentimos. Además de acuerdo con una investigación llevada acabo en la Universidad de Gothenburg en Suecia el cerebro reacciona de la misma manera cuando ve a otra persona ser acariciada con suavidad que cuando experimenta esas sensaciones en primera persona. Además puede magnificar las sensaciones que experimentamos durante una experiencia sexual si nos concentramos en el momento presente y las sensaciones corporales involucradas. 

2. Los ojos 

Una mirada apasionada puede producir sensaciones de placer sexual, incluyendo escalofríos o el clásico “quedarse sin aliento” cuando ese alguien especial posa sobre nosotros la mirada. Además, cuando estamos excitados, las pupilas se dilatan y esto nos hace más atractivos. Por si esto fuera poco entre más tiempo se miren dos personas a los ojos más profundo será el sentimiento de intimidad que experimentan. 

3. Los labios

Un sencillo beso puede activar la respuesta de diversas hormonas y neurotransmisores, de tal manera que una sesión de besos puede mantener a nuestro cuerpo emocionado con una gran cantidad de señales nerviosas. Incluso algunas mujeres han declarado experimentar orgasmos después de un beso prolongado ¡sin necesidad de ningún contacto genital!, pues los labios tienen 100 veces más sensibilidad que nuestros dedos. Además muchas personas disfrutan los besos sobre los hombros, brazos, manos, párpados y nuca. 

4. Los pies

La reflexología estimula ciertos puntos de nuestros pies para disparar una reacción en diferentes órganos y también puede potenciar el placer sexual. Los tobillos son partes especialmente sensibles y tienen correspondencias importantes con los órganos sexuales del cuerpo como pene, vagina, útero y próstata. Por otro lado justo abajo de los tobillos están los puntos que corresponden a los testículos y ovarios lo cual puede traducirse en mayor libido o un mejor desempeño sexual. 

5. La otra persona

La cuestión medular es que cuando se trata de sexo, la respuesta todas estas caricias, besos y estímulos depende mucho de quién está detrás de ella y también de cómo se siente el receptor. Por ejemplo alguien con una sensibilidad especial a las cosquillas en los pies puede sentir que este tipo de estimulación no es muy agradable. Investigadores del Instituto de Tecnología de California midieron la repuesta neurológica de varios hombres heterosexuales cuando eran tocados con suavidad en la pierna. Los participantes debían mirar un video de una mujer acariciando su pierna y luego el de un hombre haciendo lo mismo. Posteriormente reportaron experiencias de placer cuando el estímulo era ejercido por una mujer mientras que la misma acción de parte de un hombre solía causarles aversión. De tal manera que los investigadores sugieren que el cerebro no sólo responde a la sensación del tacto, sino a los mensajes emocionales y sociales que acompañan dicha acción. 

6. Cérvix

El sexo tántrico hace referencia a un orgasmo cervical que causa un efecto en el cuerpo descrito como olas de placer. Además, a diferencia de un orgasmo relacionado con el clítoris, que usualmente dura unos cuantos segundos, el orgasmo cervical puede durar horas. 

Lo más importante cuando se trata de erotismo es la autoexploración y por lo tanto el autoconocimiento de las propias percepciones del cuerpo, sus diferentes zonas erógenas y nuestras relaciones con ellas, pues al parecer hay portales a la sensualidad que trascienden aquellas partes de nuestra anatomía usualmente asociadas con el sexo.