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Existe un pueblo en el que buena parte de su población supera los 100 años de edad y este es su inesperado secreto.

Aunque hoy pareciera evidente que la buena alimentación es la clave de una longevidad envidiable, la realidad es que la ciencia aún no ha podido esclarecer los factores que contribuyen al aún improbable salto hacía lel siglo de vida.

Desde que el hombre se propuso encontrar el elixir de la inmortalidad, ha recurrido a todo tipo de herramientas a su alcance para aferrarse a la vida. Pero, más allá de toda cuestión metafórica, el hecho de recorrer una vida de más de cien años evidencia claramente una buena salud permeada, y sobre todo con la felicidad, o mejor dicho la paz, como constante.

O al menos lo anterior afirma el pueblo de Acciaroli, una localidad rural al sur de Nápoles, cuya población posee, en un 10%, a personas que han alcanzado los 100 años y un 20% de esta cifra los 110 años de edad. Por ello, investigadores de la Universidad de Sapienza, en Roma, y del Colegio de Medicina de San Diego se dieron a la tarea de visitar este pueblo y a sus habitantes para descubrir cuál era su elixir.

En su investigación, analizaron los hábitos alimenticios y cotidianos de 80 personas de la región. Para sorpresa de muchos, algunos de ellos habían fumado durante largos periodos en su vida, mientras que otras personas consumían de manera constante golosinas y alimentos con alto contenido de azúcar. Sin embargo, la mayoría coincidía con una alimentación ciertamente balanceada, liderada por los frutos y las verduras de sus propios huertos. Como bien se sabe, la “dieta mediterránea” es una de las más ejemplares en todo Europa, al estar constituida de alimentos crecidos y criados en casa, tales como peces, conejos, pollos, nueces, aceite de olivo y frutos de temporada. Sin embargo, existen otros factores por los que Acciaroli contiene a tantas personas mayores de 100 años: el uso de romero en prácticamente todas sus comidas es uno de ellos. Se ha comprobado que el romero e indispensable en funciones neuronales, tales como la capacidad de memoria, gracias al ácido carnóstico que contiene. Además de fungir como un portentoso antioxidante el romero ha confirmado su función como anticancerígeno, antiinflamatorio y protector del sistema inmunológico.

Por otro lado, el equipo demostró que estas familias de longeva edad mantienen relaciones sexuales con más frecuencia en comparación con otras personas de la edad, además de gozar de una vida familiar estable liderada, según los estudiados, por amor, confianza y una comunicación pacífica de pareja.

Dicho esto no sorprende que se encontrara en las mayorías una perfecta circulación sanguínea, y niveles muy bajos de la hormona adrenomedulina, estrechamente ligada a problemas de estrés y por ende a una mala circulación. Además de esto, Acciaroli es un pueblo en el que enfermedades del corazón o el mal de Alzheimer prácticamente no existen. Con este estudio podría afirmarse una teoría bastante simple y coloquial que hemos escuchado en varias ocaciones: el amor –y específicamente el sexo– son la fuente de la juventud eterna.