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Este tratamiento podría mejorar dramáticamente tu cerebro (o dejarlo inservible)

Ciencia

Por: Luis Alberto Hara - 09/30/2016

Nuestro cuerpo puede verse como una batería humana que funciona con electricidad: se carga, descarga y recarga, transfiere información en forma de impulsos eléctricos que toman forma como percepciones, sensaciones, emociones, etc. El estado de esta "batería" humana ha tratado de entenderse y modificarse desde la ciencia y la magia, pero algo en lo que incluso la neurología está de acuerdo es que el cerebro se modifica al recibir impulsos eléctricos externos al cuerpo.

Actualmente estamos en medio de un periodo de experimentación de los efectos de la electricidad sobre áreas específicas del cerebro para modificar aspectos como la memoria, la resolución de problemas, eliminar la depresión, aumentar la creatividad o superar atávicos traumas. Los militares estadounidenses están destinando recursos a su investigación, las universidades buscan voluntarios por un lado, y otras universidades hacen campañas para prevenir a los experimentadores de potenciales efectos secundarios. Mientras tanto, los dispositivos de electrificación o magnetización personal se comercializan libremente en línea. Los beneficios de la electroestimulación cerebral pueden comercializarse para artistas, pacientes mentales o estudiantes buscando mejores calificaciones. El mercado potencial es tan vasto como la cantidad de cerebros que no se sienten suficientes en el mundo.

Sin embargo, la naturaleza de esas modificaciones no depende de variables que tengamos bien identificadas. Probablemente todos queremos ser más listos, tener mejor memoria, sentir menos los efectos del cansancio, la sed, el hambre, el sufrimiento... ¿pero qué pasaría si (como cuando se piden deseos en los cuentos infantiles) al mejorar una habilidad, cediéramos o perdiéramos otra? El neurólogo Michael Weisend de la Wright State Research Institution, afirma que la electroestimulación neuronal en su estado actual "está en fase de escopeta más que en fase de escalpelo".

Algunas de las cosas que podrían salir mal (simplemente porque estás electrocutando tu cerebro, como hacían en los tratamientos de electrochoques a mediados del siglo XIX) son:

  • Alterar regiones del cerebro que no se deseaban alterar.
  • Reaccionar impredeciblemente a estímulos dependiendo de lo que se hace en el momento. Por ejemplo, si estimulas cierta área buscando mejorar la memoria, el cerebro no responderá necesariamente de la misma forma si es de día que de noche, si estás cansado, si vas en bicicleta, juegas videojuegos, lees un libro, etc. El mismo pulso en la misma región puede tener efectos muy diferentes según lo que ocurra en tu cerebro por entonces.
  • Mejorar una habilidad a costa de una pérdida inesperada. Producir un desbalance entre los procesos mentales.

Quedan por resolverse, además, muchas otras preguntas: ¿quiénes tendrán acceso a este tipo de modificaciones cuando sus efectos, beneficios y efectos secundarios sean estudiados y comprendidos? ¿La humanidad se dividirá en una nueva frontera entre los que tienen las capacidades aumentadas artificialmente y los que no? ¿Dependerá eso del dinero?

Con información de ScienceAlert.