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Este 22 de septiembre a las 14:21 horas (tiempo universal) se celebra el equinoccio de otoño en el hemisferio norte y el equinoccio de primavera en el sur. Aquí todo lo que necesitas saber sobre esta importante fecha para alinearte con los ritmos de la naturaleza.

Este jueves 22 de septiembre a las 14:21 horas (tiempo universal) (9:21 am, hora de la Ciudad de México) se llevará a cabo el equinoccio de septiembre que marca el ingreso al otoño en el hemisferio norte y a la primavera en el hemisferio sur. La hora marca también el ingreso del Sol a Libra en el movimiento zodiacal aparente. Astronómicamente, en casi todo el planeta, salvo en los polos, el día dura exactamente igual que la noche, lo cual es el significado de la palabra "equinoccio" aequs-nox: "noche igual". Es por ello que se habla del equilibrio de la luz y la oscuridad, en la eterna danza de estas dos fuerzas que, más que opuestos, son complementos (y en el equinoccio por un momento la dualidad se cancela, sólo para retomar su juego polar, el perenne solve et coagula). Este es el símbolo también que marca el signo de Libra, la balanza, la justicia y la belleza de estar en ritmo. El día del equinoccio la salida del Sol se alinea exactamente con el este y su puesta se alinea exactamente con el oeste. El equinoccio es el gran marcapasos de la naturaleza, la luz que revela los ritmos de la naturaleza. 

En el norte, tenemos entonces oficialmente la llegada del otoño (una precisión que difícilmente se sostiene debido al cambio climático). Esta fecha antiguamente se celebraba dando gracias a la Tierra por la plenitud del verano, compartiendo los frutos de la cosecha, a la vez que se inicia la preparación para el invierno, donde se habrá de conservar la energía a través del recogimiento. Es esta fecha la que realmente marca la muerte de la naturaleza, la luz que se extingue como las hojas que caen de los árboles. En el solsticio de invierno, en realidad lo que se celebra es el renacimiento de la luz. 

En el hemisferio sur este 22 de septiembre se celebra el equinoccio vernal, que marca la llegada de la primavera y con ella la fiesta de la luz en su ascenso hacia su máxima intensidad, la fructificación de la intención, las flores físicas y metafísicas que adornarán el verano. El éxtasis de la juventud en su refulgente eclosión.

En la llamada "Biblia de la acupuntura", el Clásico interior del emperador amarillo (Huangdi Neijing) se explica que el ser humano debe adaptarse a las diferentes estaciones puesto que cada una de ellas tiene diferentes cualidades; particularmente, entre menos sol hay en la naturaleza es menor la energía vital (qi) a la que tiene acceso el hombre. Se desprenden de aquí los siguientes hábitos preventivos, según la estación del año:

-En invierno se debe acostar temprano y levantarse tarde. Esto es especialmente importante para cuidar el riñón.  

-En primavera uno debe acostarse tarde y levantarse temprano. En esta temporada el cuidado especial es sobre la energía del hígado.

-En verano uno se debe acostar tarde y levantarse temprano. Aquí hay que cuidar el corazón.

-En otoño se debe acostarse temprano y levantarse temprano. Aquí se cuida la energía pulmonar.

El sentido esencial de los equinoccios y los solsticios es entender que vivimos penetrados por los ritmos del cosmos, y que cada momento es especial y tiene una particular energía. Aprender a vivir en armonía con los patrones energéticos de la naturaleza, reflejando límpidamente los proceso celestes, como lo hace la Tierra, es la clave de una salud integral. 

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