*

Controversial ley entra en vigor en Texas el día que se conmemoran 50 años del primer tiroteo masivo en la época reciente, el cual ocurrió en la Universidad de Texas en Austin

Si bien no parece ser intencional, una oscura coincidencia ha perseguido a la nueva ley que permite portar armas ocultas en los campus universitarios en Texas, la cual entró en vigor este 1 de agosto. La ley de por sí es polémica, y a esto se le suma que ese mismo día hace 50 años se llevó a cabo el que es considerado el primer tiroteo masivo en la historia reciente de Estados Unidos, que también ocurrió en tierra texana; esto es algo así como un diabólico coqueteo con la historia.

Con esto Texas se convierte en el octavo estado del país en permitir portar armas en las escuelas, junto a Colorado, Idaho, Kansas, Mississippi, Oregon, Utah y Wisconsin. En otros 23 estados la decisión es tomada de manera individual por las universidades.

Un 1 de agosto de 1966 Charles Whitman, un estudiante de ingeniería, disparó desde una torre en la Universidad de Texas en Austin y mató a 16 personas en un terrible baño de sangre, incluyendo al bebé de una mujer de 18 años que estaba embarazada y antes a su propia esposa y madre. Mientras entra en vigor la ley que permite llevar armas,  se celebrará una ceremonia de conmemoración de las víctimas.

Las personas que están a favor de las armas argumentan que la medida es preventiva y parte de los derechos básicos de los estadounidenses. Este tipo de pensamiento parece sugerir que, ya que es inevitable que surjan cada tanto ciertos tiroteos, éstos al menos pueden ser minimizados si hay muchas personas armadas cerca. 

Claire Wilson James, la mujer que en ese entonces tenía 18 años y quien perdió a su bebé y a su novio en la masacre de hace 50 años ha dicho que “El campus debería ser un lugar sagrado”, manifestándose en contra de esta ley. 

El argumento de que las armas que portar el público pueden ayudar a detener a un asaltante no parece sostenerse según cifras del FBI: de 160 incidentes registrados, sólo uno de ellos acabó gracias a un civil armado, mientras que en 21 fueron ciudadanos no armados los que detuvieron al tirador. Además algunos temen que, en situaciones tensas, el hecho de que haya armas por todos lados aumenta el riesgo de incidentes.