La altura de un ser humano tiene obvias ventajas, aunque tal vez esto sea proporcional a las desventajas que también denota. Pero en todo caso, alcanzar libros en las repisas superiores de un librero es sólo una de las mieles de las que gozan las personas de mayor estatura. En realidad existe otro tipo de beneficios, muchos de ellos inesperados o inexplicables, que la ciencia ha comprobado.
A continuación vamos a mencionarte cuatro de estas ventajas:
Mejores salarios
Las personas más altas son mejor pagadas en los empleos. Un estudio reciente demostró que por cada pulgada (2.4cm) más de altura, se promedia un salario anual mayor en 789 dólares.
Más éxito con las mujeres
Otro beneficio no tan inesperado --aunque sí sorprende el peso tan significativo que tiene-- es la ventaja de los hombres con mayor estatura para atraer mujeres. De hecho, se ha comprobado que una de las cualidades más cotizadas en Tinder tiene que ver con la altura, algo que tal vez nos remite a la región reptiliana del cerebro humano, algo así como un eco primitivo, mediante el cual las mujeres inconscientemente perciben en los hombres altos un mayor potencial de protección.
Más confianza
Aunque nuevamente apele a un rasgo bastante primitivo en la sociedad actual, culturalmente las personas más altas imponen mayor respeto y, quizá por lo mismo, demuestran mayor confianza en sí mismas.
Más productivos
De acuerdo con otra investigación reciente los individuos altas demuestran, en promedio, ser significativamente más productivos que el resto. Esto tal vez esté asociado con dos de los factores mencionados anteriormente (mayor confianza y mejores salarios).
Lo interesante aquí, incluso divertido, es considerar la posibilidad de que buena parte de nuestra realidad social está aún gobernada por principios básicamente primitivos --esto a pesar de la supuesta sofisticación y complejidad que como especie hemos alcanzado. Y si no estás dentro de este grupo, "los altos", tampoco te preocupes, ahí están algunos ilustres ejemplos almas pequeñas y triunfadoras (aunque un tanto bizarras), como Danny DeVito o Mike Tyson.