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La filosofía no se trata de impartir conocimientos históricos o teóricos sino de una práctica de la libertad y de la apertura al otro, habilidades que benefician enormemente a los niños, especialmente a los más pobres

Mientras que las escuelas de educación media superior y superior en muchos países, incluido México, han comenzado a dejar de lado la impartición de materias como Filosofía o Ética, un estudio piloto en Inglaterra demostró que una clase de filosofía a la semana puede ayudar a mejorar habilidades cognitivas en niños (sobre todo de escasos recursos), además de mejorar la autoestima y fortalecer la comunicación al interior del grupo.

El programa Philosophy 4 Children fue aplicado en 48 escuelas primarias durante 1 año, dando seguimiento a mil 500 niños, además de un grupo de control de otros mil 500 niños que no tomaron el curso durante el primer año y lo hicieron al año siguiente. El primer grupo mostró avances en razonamiento matemático y comprensión de lectura equivalentes a 2 meses de aprovechamiento, comparados con los niños que no tomaron clases de filosofía.

El programa básicamente trata de acercar a los niños al pensamiento filosófico a través de dudas prácticas y construcción de argumentos; las preguntas planteadas a través de videos, imágenes o notas de periódico pueden tratar sobre la pertinencia de tener un animal salvaje de mascota, el hecho de que los hombres ganen más dinero que las mujeres por iguales trabajos o si una persona que no cuida de sí misma debería recibir un trasplante de corazón en caso de necesitarlo. 

Más que llegar a respuestas, los profesores trataron de fomentar la participación del grupo, de hablar y escuchar por turnos, además de seguir el razonamiento de los otros. Muchos de estos niños provienen de escuelas muy pobres donde reciben ayuda alimenticia debido al bajo nivel económico de las familias; fueron estos niños los que más se beneficiaron del programa en términos de aprovechamiento académico y mejoramiento de habilidades cognitivas.

Aunado a esto, los profesores que impartieron los cursos notaron un incremento de confianza, paciencia y autoestima en los alumnos de un año al siguiente. Y es que lo que olvidan los nuevos programas neoliberales de educación para el trabajo y competencias prácticas es que nada ayuda tanto a la formación del individuo como sentirse escuchado y apreciado, a la vez que aprender a escuchar y apreciar lo que los otros tienen que decir. Más que impartir conocimientos o temas históricos relacionados con la filosofía, la práctica de la conversación como parte de la enseñanza primaria puede mejorar sustancialmente la vida de las personas --y, si es preciso ponerlo en esos términos, a un costo realmente bajo.