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"Las lecciones de la ciencia son la vastedad de la ignorancia", dice David Eagleman

David Eagleman es uno de los neurocientíficos más populares, habiendo escrito numerosos best sellers, siendo una de las voces más seguidas en la divulgación científica. Lo interesante de Eagleman es que toma una postura de apertura mental en cuanto a lo que la ciencia conoce, sin ser tajante en su negación de posibilidades distintas al paradigma materialista.

Eagleman ha acuñado el término "posibilianismo" para esta postura de no afirmación categórica de la realidad en cosas como la existencia de Dios o la vida después de la muerte. Claro que esto, de una manera más sencilla, ha sido llamado "agnosticismo", y para algunos supone la base de la perspectiva científica. "Las lecciones de la ciencia son la vastedad de la ignorancia", dice Eagleman. Y cita a Voltaire: "La incertidumbre es incómoda, pero la certidumbre es absurda". Por el momento, nos dice, la ciencia no está capacitada para producir certidumbre, para determinar del todo qué es y qué no es. Eagleman, sin embargo, confía en el método científico, al cual considera la herramienta superior de la humanidad para producir conocimiento (esto es para algunos irrefutable, pero valdría reflexionar hasta qué punto el método científico está blindado de los prejuicios y las percepciones de los científicos que generan los experimentos. El mismo Eagleman señala que las personas asimilan las nociones de la cultura en la que nacen casi inevitablemente).

En el caso de lo que sucede cuando morimos, Eagleman toma el punto de vista de que realmente no sabemos qué sucede. Ello parece un poco más sano que los científicos que simplemente descartan la posibilidad de que la conciencia siga existiendo al morir, debido a que esto puede conciliarse con su visión materialista de la realidad. Ciertamente Eagleman no parece creer en la conciencia después de la muerte, pero al menos es suficientemente inteligente como para saber que no sabemos. Esto es el inicio de la sabiduría. Después de todo, existen dos diferentes caminos, el de la ciencia que luego va descartando cosas que comprueba o cree comprobar que no existen a través de experimentos, y el conocimiento intuitivo que a través de experiencias, imaginación e intuición produce un tipo de conocimiento interno a través de la identidad entre el sujeto y el objeto, partiendo de la creencia de que se puede conocer porque esencialmente el que conoce y lo que es conocido son una misma cosa.