*

El gran poeta francés Paul Eluard leyendo "Libertad" (VIDEO)

Arte

Por: Jimena O. - 11/17/2015

"En mis cuadernos de escolar en mi pupitre en los árboles en la arena y en la nieve escribo tu nombre"

 

À propos de lo sucedido y en tiempos así, donde lo mejor parece ser recurrir a los poetas, que pueden ver un poco más lejos y un poco más claro que los políticos, compartimos aquí al gran poeta francés Paul Eluard leyendo uno de sus poemas más famosos: "Liberté" ("Libertad"). Algunos más inclinados al cine podrán recordar los versos de Eluard en películas de Godard como Alphaville.

Ante lo sucedido en París recordemos (guardando las proporciones, puesto que sería exagerado comparar dos hechos así, pero pensemos en el espíritu que une las cosas en su mejor entendimiento) que Paul Celan, el poeta judío, refutó el famoso dictum de Adorno de que después de Auschwitz sería barbárico escribir poesía. Siempre la poesía es la mejor medicina, aquella que siente más verdadero y profundo. Aquella, también, que purifica el odio y el miedo y reencanta.

 

En mis cuadernos de escolar 
en mi pupitre en los árboles 
en la arena y en la nieve
escribo tu nombre.

En las páginas leídas 
en las páginas vírgenes 
en la piedra la sangre y las cenizas 
escribo tu nombre.

En las imágenes doradas 
en las armas del soldado 
en la corona de los reyes 
escribo tu nombre.

En la selva y el desierto 
en los nidos en las emboscadas 
en el eco de mi infancia 
escribo tu nombre.

En las maravillas nocturnas 
en el pan blanco cotidiano 
en las estaciones enamoradas 
escribo tu nombre.

En mis trapos azules 
en el estanque de sol enmohecido 
en el lago de viviente luna 
escribo tu nombre.

En los campos en el horizonte 
en las alas de los pájaros 
en el molino de las sombras 
escribo tu nombre.

En cada suspiro de la aurora 
en el mar en los barcos 
en la montaña desafiante 
escribo tu nombre.

En la espuma de las nubes 
en el sudor de las tempestades 
en la lluvia menuda y fatigante 
escribo tu nombre.

En las formas resplandecientes 
en las campanas de colores 
en la verdad física 
escribo tu nombre.

En los senderos despiertos 
en los caminos desplegados 
en las plazas desbordantes 
escribo tu nombre.

En la lámpara que se enciende 
en la lámpara que se extingue 
en la casa de mis hermanos 
escribo tu nombre.

En el fruto en dos cortado 
en el espejo de mi cuarto 
en la concha vacía de mi lecho 
escribo tu nombre.

En mi perro glotón y tierno 
en sus orejas levantadas 
en su patita coja 
escribo tu nombre.

En el quicio de mi puerta 
en los objetos familiares 
en la llama de fuego bendecida 
escribo tu nombre.

En la carne que me es dada 
en la frente de mis amigos 
en cada mano que se tiende 
escribo tu nombre.

En la vitrina de las sorpresas 
en los labios displicentes 
más allá del silencio 
escribo tu nombre.

En mis refugios destruidos 
en mis faros sin luz 
en el muro de mi tedio 
escribo tu nombre.

En la ausencia sin deseo 
en la soledad desnuda 
en las escalinatas de la muerte 
escribo tu nombre.

En la salud reencontrada 
en el riesgo desaparecido 
en la esperanza sin recuerdo 
escribo tu nombre.

Y por el poder de una palabra 
vuelvo a vivir 
nací para conocerte 
para cantarte

Libertad.