El nivel de la inteligencia humana y sus diferencias son temas altamente controversiales que históricamente han sido objeto de discriminación racial o de género, y actualmente pueden hacer que una persona de un perfil tan alto como Larry Summers pierda su trabajo como presidente de Harvard –luego de que comentara que las aptitudes necesarias para las carreras como física o matemáticas son innatamente más raras en las mujeres que en los hombres.
Desde hace algunos años se ha documentado que los hombres tienen mejores resultados en pruebas de inteligencia matemática –las mujeres llegan a superar a los hombres en razonamiento verbal. Pero esta tendencia parece estar acortándose en tiempos recientes, avivando el debate de si la inteligencia en relación al sexo es algo que viene de la naturaleza o viene del aprendizaje (lo que en inglés se conoce como “nature vs nurture”).
Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Duke y publicado en la revista Current Directions in Psychological Science, los resultados recientes entre estudiantes estadounidenses muestran que existe una tendencia de crecimiento en el nivel de genios –personas en el 0.01% de puntajes en pruebas de matemáticas. Estos datos parecerían confirmar lo que se conoce como el “efecto Flynn” que sugiere que, puesto que los puntajes en pruebas de coeficiente intelectual han estado elevándose en las últimas décadas, esto debería de ser a causa de la “nutrición” del talento.
Datos de 1980 indicaban que, en promedio, uno de cada 13 genios matemáticos era mujer; en las siguientes décadas ello ha aumentado, llegando a que uno de cada cuatro genios matemáticos sea mujer. Una tendencia en el incremento de “genios matemáticos” ha sido observada continuamente entre todos los géneros, lo cual parece apoyar el argumento de que la inteligencia está siendo nutrida por las condiciones estimulantes de la sociedad en la que se genera.
Por otro lado el argumento de que la genialidad se debe al nacimiento, a la naturaleza, es propuesto por el neurocientífico Simon Baron-Cohen de la Universidad de Cambridge. Según Baron-Cohen existe una conexión entre la sistematización de los patrones de pensamiento que hacen a un buen matemático y la mayor ocurrencia del síndrome de Asperger –una forma de autismo que no daña la inteligencia-- entre hombres.
Es posible que ambas explicaciones coexistan y que tanto factores naturales como de nutrición, ambientes mentales y sociales influyan en el desarrollo de la inteligencia. Lo que parece indudable es que, al menos en el aspecto matemático de la inteligencia, la humanidad está evolucionando continuamente.