La historia reciente está llena de sectas que han buscado acabar con ciertos sectores de la población, entre la discriminación y el fanatismo, entre ellas La puerta del cielo (Estados Unidos), La orden del templo solar (Europa), Verdad Suprema (Japón), La familia de Charles Manson (EE.UU.), Templo del pueblo (Guyana). Estos grupos llegaron a cuestionar la esperanza en el humano, ya que se dedicaron tanto a persuadir como a manipular a sus adeptos para alcanzar las metas de su líder (usualmente un psicópata inteligente y manipulador).
Esta estructura psicológica de las sectas continúa formando grupos minoritarios con base en el abuso de poder y la manipulación mental. Y es que en los últimos meses ha surgido una campaña dentro de la secta Iglesia Universal del Reino de Dios (mejor conocida como la Iglesia Pare de Sufrir) en Brasil que ha sido calificado como una amenaza para la sociedad, según diputados brasileños.
Bajo el nombre de Gladiadores do Altar, esta iniciativa espeluznante pretende exterminar al “mal de este mundo”: los homosexuales y los ateos. Para dar a conocer sus declaraciones, este subgrupo de la famosa secta cuenta con su propio escudo, redes sociales e incluso merchandising. A través de un “ejército” de jóvenes se pretende realizar una formación militar bajo la guía de su pastor, y así generar un intento de intimidación para atacar a las minorías llamadas “infieles”. En este video se puede ver a la facción colombiana de los Gladiadores del Altar, un extraño cuerpo militar religioso. Si bien hay que advertir que las ideas de esta secta son escabrosas y parecen dignas de tiempos superados, no se tiene conocimiento de que hayan cometido crímenes o que hayan empleado la violencia --son sólo una amenaza en su discurso.
Este tipo de fenómenos radicales muestran cómo las creencias pueden llegar a distorsionar la percepción y crear fanatismos que van en contra de una educación básica que toma en cuenta la empatía y la diversidad.