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¿Y si el propósito del amor es separarnos para que podamos tener otras relaciones?

Couple : Silent fighting

He who loves and runs away lives to love another day. -Love in the Afternoon

Suena contraintuitivo: el amor parece ser el pegamento social, aquello que nos une y hace formar relaciones duraderas. El escritor e investigador Melvin Konner, sin embargo, considera que el propósito del amor, más que hacer que las personas se mantengan en una relación, es hacer que dejen estas relaciones y busquen otras. Konner se refiere a la parte irracional del amor, al relativo corto período de enamoramiento que inunda el cerebro de neurotransmisores como la oxitocina y la dopamina y nos hace actuar irracionalmente. La biología tampoco es racional. Pensado de otra forma, este enamoramiento, también conocido como limerencia, es lo que nos hace enamorarnos de otra persona después de cierto tiempo en el que nuestra pareja ya no genera esta misma desbordada intensidad y tal vez, en la poligamia, aumentar la progenie. El amor así pensado sólo es la máscara que la sexualidad toma bajo el hechizo de la biología; en otras palabras, es una estrategia evolutiva de los genes para apelar a seres más sofisticados, cuyo órgano sexual principal es el cerebro.

El amor romántico o amor cortés y la monogamia son invenciones relativamente modernas. 80% de las culturas humanas ha practicado una forma de poligamia; sólo entre 3% y 5% de las especies animales son monógamas. Más que progresar a la monogamia, investigadores como David P. Barash sugieren que la monogamia es la corrupción del idilio que experimentamos en el amanecer de la historia, antes de que el monoteísmo y el patriarcado proyectaran su cosmogonía de celos y prohibición. Por suerte para los que son partidiarios de la poligamia, las estadísticas muestran que cada vez más matrimonios se divorcian y que existe una clara tendencia a una mayor aceptación de prácticas sexuales polígamas.

Quizás el amor realmente no tenga ningún propósito definido y sea un epifenómeno que resulta como efecto colateral de la sexualidad y la selección sexual. Tal vez el amor sea aquello que nos acerca a un estrato de conciencia más elevado, a la voluntad consciente y a un entendimiento espiritual del universo. O es sólo la más grande ilusión, la ilusión que la biología y los genes nos hacen creer para seguir utilizándonos como vehículos. Más allá de estas especulaciones en un sentido un tanto simplista, hay algo que debe ser la causa de por qué nos separamos, y suena lógico que sea la misma por la cual nos unimos.