La convención cultural que nos impide tener autos voladores
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 02/06/2015
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 02/06/2015
Todos creemos que 1) somos buenos amantes, y 2) sabemos conducir bien un automóvil. Aunque dejaremos a criterio personal lo primero, lo segundo es alarmantemente falso: los accidentes viales cobran miles de vidas anualmente, debido a fallas en las carreteras y a descuidos de los conductores. En esta perspectiva, no parece lo más inteligente dejar que alguien que no sabe conducir un auto de cuatro ruedas conduzca un avión doméstico, ¿cierto? Falso, según la visionaria, futurista y profesora de aeronáutica en el MIT, Missy Cummings.
Según Cummings, el secreto de los autos voladores radica en la aplicación civil de tecnología ya existente: drones.
Los drones se asocian a bombardeos en bodas palestinas o a entregas aéreas de Amazon, y ciertamente el uso militar y comercial de los vehículos voladores no tripulados comenzó así; pero en el futuro cercano, una mezcla de drone y fly-by-wire estará disponible a nivel doméstico, aumentando la seguridad del transporte y su eficiencia.
A decir de la investigadora, la tecnología no es el reto más grande que enfrentamos en cuanto a aeronáutica doméstica se refiere, sino nuestro arraigado apego a conducir autos. Para muchos, conducir es una monserga, pero para otros es una fuente de placer y aceptación. El problema es que los reflejos humanos tienen un retraso de medio segundo respecto al entorno circundante (un niño que atraviesa la calle, un conductor ebrio que se pasa una luz roja), lapso que separa la vida de la muerte.
Pero los robots no tienen ese problema, pues su tiempo de reacción se mide en microsegundos. Además, los vehículos no serían lo único automatizado en los sistemas de transporte del futuro: las carreteras también serán "inteligentes", sobre todo si son invisibles pistas de despegue y aterrizaje como las que utilizan los Airbus de nuestros días.
Lo que necesitamos, según Cummings, es despedirnos poco a poco de la suave sensación de conducir un auto y saludar el futuro de los vehículos voladores de conducción autónoma; debemos producir más y reducir costos de manufactura (necesitamos robots que produzcan más robots y cuesten menos).
¿Pero no sería dar demasiado poder a los robots? La amenaza de Skynet siempre está a un test de Turing de distancia. Pero para Cummings, el verdadero riesgo a resolver en cuanto a tecnología son los hackers y terroristas. Existen hackers que afirman poder asumir control de un aeroplano utilizando Android. ¿Qué les impediría secuestrar un auto volador en pleno vuelo? El reto, pues, es hacer que esa tecnología sea lo más autónoma, a la vez que lo más segura posible.
Por ahora, el prototipo de vehículo terrestre-aéreo no se parece nada al DeLorean de Back to the Future, sino a un auto deportivo con alas desplegables. No está nada mal, pero, ¿se imaginan un embotellamiento vial a mil metros de altura con conductores ebrios a bordo de pequeños jets? Mientras esperamos los autos voladores, podríamos aprovechar el tiempo aprendiendo a conducir civilizadamente (y practicar paracaidismo).