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Descubren que la edad real en la que mueren los músicos no es a los 27

Buena Vida

Por: Jimena O. - 12/09/2014

Existe el doble de probabilidades de que un mesías de la música muera a los 56 años que a los 27, según un estudio

The 27 club

Recordar al club de los 27 (Jim Morrison, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Kurt Cobain, Amy Winehouse) nos remite a pensar en una clase de maldición que todo buen músico que encabece una ideología, posado frente a una guitarra, está condenado a sufrir ya sea por un accidente, una sobredosis o enfermedad letal al final de los 20. Pero aunque este mito se crea o se rechace, ¿existe la posibilidad estadística de que un número considerable de músicos mueran a la misma edad?

El estudio fue encabezado por la profesora de psicología y música Dianna Kenny de la Universidad de Sydney, quien analizó las causas y tasas de mortalidad de los músicos que murieron entre 1950 y junio de 2014, comparándolas con las cifras y causas del resto de la población americana. Los resultaron revelaron que entre las muertes más comunes de los músicos había una tasa 10 veces mayor de muerte por accidentes, 8 veces mayor por homicidio y 7 veces más alta por suicidio, cifras que nos llevan a meditar cuán peligroso es el terreno de la música al momento de enfrentarse a la muerte.

Y pese a que esta investigación señala un mayor riesgo de muerte en los músicos durante sus décadas más jóvenes (aproximadamente 25 años) los resultados mostraron, extrañamente, que la edad de 56 años es el año en que son más propensos a morir. Incluso, 2,2% de los músicos analizados fallecieron a esa edad, en comparación con el 0,85% de la población general. Kenny también encontró que los músicos de 27 años sólo tenían una tasa de mortalidad de 1,3%, lo que significa que son casi el doble de probabilidades de morir a los 56 años que a los 27.

¿Pero la muerte debe ser adorada? Habría que analizar si interesa cómo morimos y cuándo morimos, y especialmente a quién le importa. Como dice Ian Brown en una de sus canciones: I don't need to sell my soul, He's already in me. Quizás cabría mencionarle a Lana del Rey (y en realidad a todos esos artistas que piensan en el culto majestuoso que poseerían, paradójicamente, al inmortalizarse con la muerte), las razones por las que la adoración se construye día con día para llegar a ser esa figura inmortalizada.