Algunas veces, o prácticamente siempre, necesitamos tocar las cosas para creer que están ahí. El cambio climático es tan efímero que es difícil vivirlo; no podemos sentir el frío de los polos ni ver los icebergs derritiéndose y por ello, aunque las noticias nos digan que lo hacen, lo vivimos como una ficción, como parte del mito vago de la actualidad. Consciente de ello, el genial artista Olafur Eliasson colocó 100 toneladas de hielo glaciar en el ayuntamiento de Copenhague para que las personas puedan, de hecho, verlo mientras se derrite.
Los 12 pedazos de hielo antiguo fueron tomados de Groenlandia y luego enviados en contenedores refrigerados a Dinamarca, donde se derretirán en alrededor de 4 días. A diferencia de reportes de 2 mil hojas o noticias, la escultura de Eliasson es algo que los visitantes pueden tocar, escuchar, oler, probar.
“Creo que necesitamos usar todos los medios para comunicar el cambio climático, y el arte tiene algo que ofrecer”, apuntó el artista. La escultura ya casi no existe, pero esa era precisamente la idea. “A menudo hago piezas con cualidades efímeras, creo que la efimeralidad es una gran herramienta para sentirnos a nosotros mismos, sentirnos a nosotros sintiendo”, añadió. “Con Ice Watch, lo efímero también introduce una real urgencia al trabajo… Nos estamos quedando sin tiempo”.
