Como cada año, el Campeonato Mundial de Barba y Bigote ofrece un reñido espectáculo para encontrar a los poseedores del vello facial más extravagante y épico: una celebración de la masculinidad a través del espíritu rocambolesco que, a pesar de ser patrocinada por una famosa marca de tintes para hombres, nos recuerda que la vanidad y el humor no están peleados.
Estos fueron algunos de los hombres barbados más interesantes: verdaderas piezas de escultura viva en el rostro, ofreciendo formas singulares de expresar (y celebrar) uno de los atributos masculinos por excelencia.