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¿Kim Jong-un está enfermo? ¿Su adicción al queso suizo por fin le cobró factura? ¿Es sólo el títere de una organización que gobierna secretamente Corea del Norte? Preguntas que surgen tras un mes de que el dirigente norcoreano fue visto públicamente por última vez

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La salud de un jefe de estado casi siempre es también un asunto político; sin embargo, en un país como Corea del Norte, cuyo régimen es abiertamente dictatorial, una posible enfermedad de su dirigente puede ser causa de conflictos sociales mayores, incluso violentos.

Ese, hasta ahora, es el temor que diversos analistas tienen con respecto a la misteriosa desaparición de Kim Jong-un, a quien se vio por última vez el pasado 3 de septiembre en un recorrido por fábricas y campos militares de su país. En aquella ocasión se vio al dirigente caminando con dificultad, presumiblemente por causa de su sobrepeso, e incluso el diario sudcoreano Chosun publicó que Jong-un se fracturó ambos tobillos por realizar el tour con zapatos de tacón cubano.

Pero más allá de esta hipótesis, hay evidencias palpables del estado de salud precario del dirigente. En primer lugar, su obesidad, que podría estar asociada con otras enfermedades como diabetes e hipertensión. Por otro lado, también se habla de gota, un mal hereditario que sufrieron tanto su padre, Kim Jong-il, como su abuelo, Kim Il-sung.

Ante estos hechos y el habitual hermetismo de la cúpula política del país, diversos medios y analistas han comenzado a especular sobre la estabilidad de Corea del Norte. Se afirma, por ejemplo, que por ahora es Kim Yo Jong, la hermana de Kim Jong-un, quien gobierna el país; se habla también de la inminencia de una guerra civil y de la posibilidad de que un grupo de civiles haya intentado ya dar un golpe de Estado.

Sin embargo, hasta ahora muchos coinciden en que esta desaparición confirma que desde la muerte de Kim Jong-il, esta familia perdió su poder político ante la apabullante presencia del Departamento para la Organización y la Guía, el cual ha tendido una red compleja y precisa de vigilancia y seguridad por todo el territorio norcoreano. Según algunos, Kim Jong-un es sólo una marioneta de las personas a cargo de esta dependencia gubernamental.

Si este es o no el caso, quizá pronto se sabrá, pues no parece sencillo mantener oculto a un dictador por tanto tiempo.

Con información de i100