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Contágiate de la felicidad de estos gatitos y perritos (en drogas: VIDEO)

Por: Luis Alberto Hara - 10/07/2014

Algunos animales dan muestras de buscar sus propios estados alterados de percepción a través de sustancias disponibles en el mundo natural

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Y la naturaleza entera celebra estos misterios a todos revelados que enseñan la verdad de las cosas sensibles.

G. W. F. Hegel, Fenomenología del espíritu

El "desarreglo ordenado de los sentidos" preconizado por Rimbaud parece no tener lugar en los humanos solamente: los gatos, perros, wallabies, monos, elefantes, algunas especies de cérvidos, las ovejas y las hormigas, al igual que nosotros, buscan sustancias que producen en ellos reacciones químicas de un índice nutritivo muy diferente al físico; parecen formar parte de la nutrición espiritual de las criaturas.

De otro modo, los científicos no se explican el sentido evolutivo de la alquimia anímica que tiene lugar en los gatos domésticos cuando se exponen al catnip (Nepeta cataria), del que absorben un químico llamado nepetalactona. Su mecanismo de acción es desconocido, pero es sencillo identificar las conductas sintomáticas de su consumo: dar vueltas, lamerse y mostrarse afectuosos.

Los grandes gatos también son sensibles a este compuesto y, sin importar el tamaño, se les ve retozar felizmente como gatitos domésticos de grandes garras (con la curiosa excepción del león):

 

Algunos perros australianos también buscan algún tipo de satisfacción desconocida al lamer ranas de caña (Rhinella marina) quienes, al ser molestadas, excretan una secreción defensiva que contiene 5-HO-DMT, sapito que genera pupilas dilatadas, agitación, euforia, cacerías invisibles y tendencia a la inmovilidad. En Australia, estas ranas son una plaga utilizada en años previos con fines de ingeniería ecológica, al servir para comerse plagas previas de escarabajos.

 

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