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El narcisismo es uno de los pocos rasgos de personalidad que pueden ser identificados con seguridad simplemente porque las personas que lo son, lo aceptan
La modelo Miranda Kerr (Instagram).

La modelo Miranda Kerr (Instagram).

¿Te consideras a ti mismo(a) narcisista?

Según Brad Bushman, profesor de psicología de la Ohio State University, responder la pregunta anterior podría ser más que suficiente para saber si alguien es narcisista o no. Y es que una de las claves para entender el narcisismo y sus efectos sobre la personalidad es que los narcisistas en realidad no tienen empacho en admitirlo abiertamente: al contrario, les parece algo digno de aceptar.

Bushman y un equipo de psicólogos realizaron diversas pruebas para desarrollar la Escala de Narcisismo de Un solo elemento (SINS por sus siglas en inglés), mientras que el NPI, el test estándar de narcisismo, consta de 40 preguntas. La prueba SINS consiste en evaluarse a sí mismo como narcisista en una escala de 1 ("No aplica para mí") a 7 ("Aplica totalmente para mí").

En otras palabras, si quieres saber si alguien es narcisista, sólo tienes que preguntarle: "La gente está dispuesta a admitir que son más narcisistas que otros porque, de hecho, eso es un rasgo narcisista", afirma Bushman.

El narcisismo no es precisamente una enfermedad, pero tampoco es un rasgo inocuo. Según Bushman, "el narcisismo es malo para la sociedad porque la gente que sólo piensa en sí misma y en sus propios intereses no tiende a ayudar a los demás".

Aunque el SINS no sustituye a otras pruebas de identificación del narcisismo, con la interpretación adecuada "puede ser útil para encuestas grandes donde los investigadores se preocupan por el cansancio de la gente o por distracciones mientras responden las preguntas, y que incluso las abandonen antes de terminar", pues es una prueba que requiere 20 segundos del tiempo del narcisista únicamente, en lugar de los 13.3 minutos que le tomaría contestar las 40 del NPI.

En pruebas extensas, los grandes narcisistas tienden a mostrar menos empatía hacia los demás, como ya se dijo, además de ira, vergüenza, relaciones erráticas con otros, prácticas sexuales riesgosas, culpa y miedo.