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Chomsky argumenta que, apoyando a Israel, Estados Unidos permite que las condiciones de atrocidad y genocidio permanezcan en Gaza

Noam Chomsky

El politólogo y lingüista Noam Chomsky, una de las voces más críticas de la política internacional estadounidense,  ha publicado un importante texto en el que desmaraña el conflicto en Gaza y analiza el papel de la Casa Blanca, que sistemáticamente ha tomado medidas pro Israel. Escribe Chomsky:

En Cisjordania, la norma es que Israel continúe su construcción ilegal de colonias e infraestructura para poder integrar a su territorio cualquier cosa que pueda ser de valor, mientras confina a los palestinos en cantones inviables y los sujeta a represión y violencia.

En Gaza, la norma es una existencia miserable bajo un sitio cruel y destructivo.

En este caso, en la renovada intensificación de este añejo conflicto, no sólo es Chomsky el que condena las acciones de Israel, que han dejado numerosos muertos. El nuevo brote fue precipitado por toda una ofensiva previa. Argumenta Chomsky:

Israel también llevó a cabo docenas de ataques en Gaza, y el 7 de julio dio muerte a cinco miembros de Hamas.

Al final Hamas reaccionó disparando sus primeros cohetes en 19 meses, lo cual dio pretexto a Israel para lanzar su operación Border Protector el 8 de julio.

La lectura de Chomsky es que el discurso de Israel tiene una doble moral y una doble vertiente, es una versión de "sadismo disfrazado de piedad":

Funcionarios israelíes exaltan la humanidad del que llaman el ejército más ético del mundo, que informa a los habitantes de que sus hogares serán bombardeados, práctica que es "sadismo disfrazado santurronamente de piedad", en palabras de la periodista israelí Amira Hass: Un mensaje grabado demanda a cientos de miles de personas que dejen sus hogares ya elegidos como blancos, por otro lugar igualmente peligroso ubicado a 10 kilómetros de distancia.

De hecho, no hay lugar en la prisión de Gaza que esté a buen resguardo del sadismo israelí, que puede incluso exceder los terribles crímenes de la operación Plomo Fundido de 2008-09. Las terribles revelaciones suscitaron la reacción acostumbrada del presidente más moral del mundo, Barack Obama: gran simpatía por los israelíes, acerba condena de Hamas y llamados a la moderación a ambas partes.

En cuanto a Estados Unidos, su rol ha sido el de facilitador; su responsabilidad no debe pasarse de largo: según Chomsky, sin su apoyo la situación sería muy distinta:

Cuando los ataques actuales se detengan, Israel espera quedar libre para continuar sin interferencia sus políticas criminales en los territorios ocupados, con el apoyo estadunidense que ha disfrutado en el pasado. Y los pobladores de Gaza quedarán en libertad de regresar a la norma en su prisión gobernada por Israel, en tanto en Cisjordania los palestinos podrán observar en paz cómo Israel desmantela lo que quede de sus posesiones.

Tal es el desenlace probable si Estados Unidos mantiene su apoyo decisivo y virtualmente unilateral a los crímenes israelíes y su rechazo al consenso internacional que desde hace tanto tiempo existe en torno a un acuerdo diplomático.

Pero el futuro sería muy distinto si Washington retirara ese apoyo. En ese caso sería posible avanzar hacia la “solución duradera” en Gaza a la que ha convocado el secretario de Estado John Kerry, la cual ha suscitado condena histérica en Israel porque la frase podría interpretarse como un llamado a poner fin al sitio y a los ataques constantes israelíes. Y –horror de horrores– la frase podría incluso interpretarse como un exhorto a aplicar el derecho internacional en el resto de los territorios ocupados.

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