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¿Acaso el experimento del gato de Schrödinger implica que somos inmortales?

Por: Luis Alberto Hara - 08/28/2014

La interpretación de Copenhague y la teoría del multiverso se han vuelto para muchos la nueva clave de la inmortalidad humana

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¿Acaso el gato de Schrödinger es inmortal? ¿Eso quiere decir que nosotros podríamos ser inmortales también?

Recordemos una vez más el famoso experimento mental planteado por Erwin Schrödinger en 1935. Un gato, un frasco de gas venenoso y una partícula radiactiva son colocados en una caja cerrada. Un dispositivo interno liberará el gas venenoso si detecta que la partícula se desintegra pero, según la interpretación de Copenhague, el gato permanecerá en un estado de superposición cuántica, estando al mismo tiempo vivo y muerto, hasta que un observador abra la caja y haga colapsar la función de onda de la partícula, encontrando al gato vivo o muerto.

En realidad Schrödinger no veía esto como una verdadera posibilidad; su experimento mental fue para manifestar sus objeciones a la interpretación de Copenhague. En su interpretación de los “muchos mundos”, formulada en 1957, Hugh Everett reformula el problema señalando que, en vez de colapsar en una sola realidad, la función de onda de la partícula se divide en distintas realidades posibles. Esto implica que todas las realidades posibles existen, cada una en su propio universo, y que cada vez que una observación es hecha surgen nuevos universos de posibilidad.

Algunos han concluido que la interpretación de los muchos mundos deja abierto un camino en el que la vida se prolonga indefinidamente para los seres conscientes. El experimento mental del suicidio cuántico ilustra esta idea:

Esto no implica que no mueras o que no vayas a ver morir a tus seres queridos. Al tiempo que eres inmortal mientras sigues una de las posibilidades, en las demás vas asistiendo a cada una de tus muertes y las de tus seres cercanos.

Claro, ser inmortal es una posibilidad, pero esta teoría también ha sido criticada. El físico Max Tegmark explica que las situaciones de vida o muerte no son eventos binarios como los experimentos cuánticos; somos seres macroscópicos sujetos a un tiempo que va dando flujo a la historia de cada uno de nuestros átomos, llevando nuestro cuerpo a un continuo envejecimiento. O, ¿podría existir un camino de posibilidad en el que nuestra juventud sea eterna?