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Si el mundo aplaude al presidente de México, ¿peligro?

Por: Jimena O. - 07/28/2014

Según un artículo de The New York Times, mientras que el mundo celebra las reformas de Enrique Peña Nieto, los mexicanos huelen negocios internacionales

fmiLos extremosos críticos del libre mercado suelen argumentar que esta apertura beneficia a pocas personas. En México, sin caer en la retórica de las ideologías, los hechos son contundentes: desde que iniciaron las medidas neoliberales más radicales hace 30 años, la pobreza en el país se ha mantenido y el crecimiento económico ha sido irrisorio en comparación a las décadas anteriores .

Las privatizaciones del sector telefónico y bancario en los años 90 no devinieron en  competencia y mejores precios para los consumidores. En el sector carretero se prometieron carreteras de primer mundo gratuitas y hoy, más de 20 años después, continúan siendo un lujo. El discurso de la modernización del país, usado por cierto por el PRI es, desde sus inicios, una demagogia que resulta inverosímil para los mexicanos.

La reforma energética se respira como una facilidad de negocio para los capitales extranjeros petroleros. La de telecomunicaciones, como un favor a Televisa, y el debilitamiento del poder de internet, la reforma financiera, como una simulación mal planteada y entorpecedora para la economía. Un reciente artículo de The New York Times describe cómo, mientras el mundo aplaude a México y sus reformas en el extranjero, internamente la economía ha crecido poco y se viven pinceladas de un peligroso autoritarismo y la sensación de que, precisamente, en el extranjero se aplauden las reformas porque son un negocio para inversionistas de otros países, pero el caudal de bondades jamás caerá en los mexicanos, como la historia lo ha probado.

Según el artículo, Peña Nieto inició con una aprobación oficial de 54% y hoy, a dos años de su mandato, ha disminuido a 37%. Aunque los gobernantes aseguran que el beneficio de las reformas caerá en el bolsillo de los mexicanos en el mediano plazo, los mexicanos rememoran unas décadas atrás, cuando el discurso era el mismo: más competencia, intervención del sector privado, mejores precios. Pero  la pobreza se mantiene…