*

Un estudio revela que la gente prefiere darse electroshocks que estar sola y pensar

Sociedad

Por: Luis Alberto Hara - 07/12/2014

"Cualquier cosa menos pasar tiempo pensando"; eso es lo que concluye la mayoría de la gente involucrada en este experimento, al grado de preferir darse electroshocks a sí misma para evitar el tedio

2011-11-09_17-28-50_4100050739

La habilidad de sentarse y pensar es exclusivamente humana. Gracias a ella podemos recordar cosas o hacer una narrativa congruente de nuestra vida, sin mencionar que gracias a ella existen la literatura y el arte. Sin embargo, parece ser lo más temido entre el promedio de la gente. De acuerdo con estos estudios, muchas personas incluso prefieren darse electroshocks que quedarse solos en un cuarto sin nada que hacer mas que pensar. De allí la adicción a los teléfonos inteligentes, la televisión y hasta la lectura. Y de allí, por supuesto, la dificultad que occidente parece tener para practicar la meditación.

En 11 estudios encontramos que los participantes no disfrutaron pasar de 6 a 15 minutos solos en un cuarto sin nada que hacer más que pensar, que disfrutaron mucho más las actividades mundanas externas, y que muchos prefirieron administrarse electroshocks en lugar de ser dejados solos con sus pensamientos. La mayoría de la gente parece preferir estar haciendo algo en vez de nada, incluso si ese algo es negativo.

Los autores, basados en la Universidad de Harvard, usaron una estructura muy simple para la mayor parte de sus experimentos: poner a personas en un cuarto vacío algunos minutos y pedirles que no hagan nada. Luego, cuando acabe el tiempo, preguntarles si lo disfrutaron. Más de la mitad de ellos no lo hicieron.

Para realmente medir qué tanto la gente odia estar sola con sus ideas, los investigadores preguntaron a los participantes si pagarían para evitar un electroshock. La mayoría dijo que lo haría. Pero después de 15 minutos solos en un cuarto, 2/3 de los participantes hombres acabaron por darse electroshocks para evitar el tedio de su propia compañía; 1/4 de las mujeres involucradas también prefirió la electricidad.

Los estudios revelaron que aquellos con personalidades más creativas o más proclives a soñar despiertos aguantaron mucho mejor su tiempo solos. Pero más allá de ello, los autores solo sugieren que el cerebro es una cosa difícil de manejar, y la mayoría de la gente prefiere evitarse la molestia.

Blaise Pascal decía que “todo el mal humano viene de una simple causa: la inhabilidad del hombre de sentarse quieto en un cuarto”; quizá todo se reduzca a eso. ¿A qué le tememos tanto que preferimos electroshocks?