La superluna es un fenómeno astronómico que en años recientes ha ganado popularidad, quizá porque se trata de uno que, en su sencillez, revela el portento cósmico del que también formamos parte. En términos generales, se trata de una coincidencia entre la posición de la Tierra y la de nuestro satélite natural, por lo cual éste nos parece más grande y brillante de lo que usualmente lo vemos.
Si bien desde tiempos remotos la Luna se ha erigido como una suerte de lámpara solitaria en el cielo nocturno, cuando su órbita alcanza el perigeo con respecto a la Tierra (esto es, el punto más cercano de la órbita lunar con la Tierra), dichas cualidades se intensifican para nosotros, que la observamos a cientos de miles de kilómetros. Pero si este es el primer ingrediente, aquello que determina la posibilidad de una superluna es que, cuando el satélite alcanza su perigeo, llega también a su fase de Luna llena. Si ambas circunstancias coinciden, entonces el espectáculo es colmado.
Ahora bien, si este fenómeno es sorprendente, en 2014 tendremos la oportunidad de avistar 3 superlunas casi consecutivas: la primera ocurrirá este 12 de julio, la segunda el 10 de agosto y, finalmente, habrá una tercera el 9 de septiembre. Todas lunas llenas en el perigeo. Todas impresionantes para nuestros ojos.