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En la mayoría de los países pensamos que es normal odiar nuestros trabajos, pero esto no tiene por qué ser la regla: los daneses están aquí para demostrarnos que el trabajo se puede pensar de otra manera

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Muchas encuestas citan a Dinamarca como el país más feliz del planeta, y no es coincidencia: han trabajo (aunque no mucho) para lograrlo. Esto es porque, en Dinamarca, trabajar te hace feliz. Mientras que en otros países el trabajo es percibido como una actividad que aporta poco o nada a tu desarrollo personal (y apenas un poco más a tu desarrollo económico), los daneses ven el trabajo como parte integral de su vida, como una actividad que los hace crecer y alcanzar sus metas.  

Pero, ¿por qué en Dinamarca el trabajo te hace feliz mientras que, en otros países, te hace sentir miserable? He aquí cinco diferencias fundamentales:

1. Un horario razonable de trabajo

Los daneses no sólo tienden a abandonar sus espacios de trabajo a horas razonables sino que tienen entre cinco y seis semanas de vacaciones al año, muchos días feriados y hasta un año de maternidad/paternidad pagada en caso de tener hijos.  

Mientras que, en muchos países, trabajar horas extra es algo que se celebra, las compañías danesas ven esto como un signo de que algo está saliendo mal. Los daneses saben que trabajar de más es malo tanto para la vida de los empleados como para su rendimiento laboral.

2. Más poder para el empleado

En la mayoría de los países, si tu jefe te da una orden debes cumplirla o estar en riesgo de ser despedido. En cambio, en ese mundo paralelo llamado Dinamarca se dan muy pocas órdenes y, si se dan, son tomadas más bien como sugerencias. 

El sociólogo holandés Geert Hofstede ha analizado la cultura de los negocios en más de 100 países según varios parámetros, uno de los cuales es la “distancia de poder”. Una alta distancia de poder quiere decir que la palabra de los jefes es como una ley divina. Según esta escala, un país como Estados Unidos tiene una distancia de poder de 40, mientras que Dinamarca tiene la más baja de todo el mundo: 18. En pocas palabras, los empleados daneses gozan de mayor autonomía y se sienten más empoderados en su trabajo. Basta un ejemplo: por ley, una empresa con más de 35 empleados debe abrir espacios en la mesa directiva para empleados elegidos por sus pares.

3. Un generoso seguro de desempleo

En Dinamarca, perder tu trabajo no es el angustiante problema que representa en otros países. Es más, su seguro de desempleo le da a los trabajadores hasta 90% de su salario original durante dos años. Esto hace que, si no te gusta tu trabajo, la decisión de renunciar y buscar algo más sea mucho más fácil. A diferencia de países en los que las personas permanecen en los trabajos que odian por miedo a perder su fuente de ingresos y su seguridad social, en Dinamarca las empresas deben mantener felices a sus empleados si es que no quieren perderlos.   

4. Entrenamiento constante

Desde mediados de 1800, Dinamarca se ha enfocado en proveer de una educación constante a sus trabajadores. Estas políticas se siguen aplicando y cualquier empleado que desee asistir a algún entrenamiento pagado puede hacerlo. Esto hace que los trabajadores daneses actualicen constantemente sus conocimientos y se mantengan a la altura de los retos que les impone un ambiente laboral en constante cambio.

5. Enfocarse en la felicidad

El danés comparte una palabra con los demás idiomas nórdicos que no existe en otros lenguajes: arbejdsglæde. Arbejde quiere decir "trabajo", mientras que glæde significa "felicidad": “felicidad en el trabajo”. Esta palabra es signo de una larga tradición de buscar que los trabajadores sean felices con lo que hacen.

En contraste, la actitud hacia el trabajo en muchos otros países es la visión del odio al trabajo como un estado natural. No se busca la felicidad de los empleados, porque simplemente no se considera que el trabajo sea algo que debe generar felicidad: “Si te estas divirtiendo, seguramente es porque no estás trabajando lo suficiente".

 Esto no quiere decir que todas las compañías danesas sean necesariamente paraísos laborales, pero sí que existe un terreno cultural y legal que es fértil para generar empleados más comprometidos, productivos y satisfechos con su trabajo. Definitivamente, Dinamarca es un ejemplo que deberíamos tomar en cuenta.