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Una bomba sexual podría estar cerca si logras compenetrarte con tu pareja o utilizar la tecnología correcta para manipular tus centros de placer

En búsqueda de la activación fulgurante del "obstinado botón eréctil escondido entre repliegues chorreantes" (Octavio Paz sobre el clítoris en El Mono Gramático)...

En cuanto a los orgasmos y al placer femenino, la experiencia le lleva la delantera a la ciencia. Se sabe que existen multiorgasmos y que evidentemente hay de orgasmos a orgasmos. Pero, según algunas tradiciones místicas que han experimentado con el erotismo, los orgasmos pueden categorizarse bajo diferentes niveles y cualidades específicas, escalando en gozo y satisfacción.

Según la nueva tribu Chuluaqui-Quodoushka, que combina el tantra, el new age y la tradición nativo americana en lo que llama la "medicina dulce", existen hasta cuatro niveles de orgasmos, variando según su intensidad y capacidad de congregar la energía erótica del universo (lo que el psiquiatra Wilhelm Reich llamaba "la energía orgónica"). El nivel orgásmico 4 parece ser el nivel del samadhi de fusión con el universo, propio del bodhisattva o de la iluminación, en el que la cópula es igual a la cosmogénesis. El 3, sin embargo, parece ser más accesible y supone sólo la unión total, en completa honestidad y ternura, de una pareja, elevados por la técnica del éxtasis y la devoción de sus cuerpos a los mundos superiores.

La sexología moderna, aunque no basándose exactamente en el mismo método, reconoce también un orgasmo triple que podríamos relacionar al orgasmo del tercer tipo del new age --y es que el orgasmo en su analogía de la creación es también una experiencia cósmica y, al igual que el encuentro cercano con un ser extraplanetario, un orgasmo del tercer tipo provee una experiencia desorbitante. Un orgasmo del tercer tipo es cuando cierras los ojos y ves auroras boreales y los vuelves abrir y las auroras ya se derrriten en tu cuarto y tu cuerpo brilla. Practicar principios del tantra, como la karezza (esa caricia infinita como preámbulo), los mantras y técnicas de respiración es una forma de engrosar la energía orgásmica.

Según la sexóloga Ava Cadell, el trigasmo "es un cóctel sensorial que abarca las tres zonas o formas de estimulación". Este fenómeno natural --telúrico y cósmico-- es el resultado de estimular correctamente y al mismo tiempo las tres poderosas zonas de placer femenino, el punto G, el clítoris y el ano (el trimurti).

Por otro lado, ya sea como una herramienta de marketing o como verdadera innovación, Anne Summer, compañía británica de lencería y juguetes sexuales, ha lanzado un vibrador que promete propulsar a las mujeres a la tercera esfera celeste. El vibrador, que supuestamente ha sido probado exhaustivamente con la ayuda de expertos ginecólogos, cuenta con un "estimulador" del punto G hecho de silicona con múltiples zonas y dos brazos externos diseñados para estimular el clitoris interno. Llamado Ultimate G, este aparato supuestamente es una garantía para llevar a las mujeres a tener "orgasmos del tercer tipo". 

Más allá de estas clasificaciones y del inevitable marketing que conllevan, lo cierto es que el mundo del placer es infinito, especialmente el placer femenino (que, según el profeta transexual Tiresias, es ampliamante superior al masculino). Nos aguarda un bosque chorreante que lleva a un jardín en el mar con estrellas y cometas encendiendo la nave del cuerpo. Un dulce calor sin final.