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Una píldora que nos ayude a aprender tan rápido como cuando éramos niños

Por: Jimena O. - 04/03/2014

Investigaciones han revelado que ciertos medicamentos utilizados para tratar el alzheimer o la epilepsia sirven para llevar al cerebro a estados de plasticidad parecidos a los de un niño de 7 años.

NIÑO-GENIO

Takao Hensch, un profesor de biología celular en Harvard, ha descubierto que medicamentos utilizados para tratar el alzheimer, como el donezepil, pueden ayudar a regresar la química del cerebro a la de los “períodos críticos” de su desarrollo. En los períodos críticos lo niños menores de 7 años pueden aprender nuevas habilidades como lenguaje y música mucho más rápido que los adultos.

La investigación de Hensch es uno de los más intrigantes ejemplos de cómo nuestro entendimiento de la neuroplasticidad del cerebro ha evolucionado. Hasta hace 20 años, los científicos pensaban que después de que alcanzábamos la pubertad la estructura de nuestros cerebros se congelaba. Pero estudios más recientes han mostrado que nuestros cerebros continúan transformándose a lo largo de nuestras vidas, aunque no de la misma forma que cuando éramos niños.  

Lo que Hensch espera hacer es inducir a nuestro cerebro a viajar en el tiempo, retornar a nuestros años ultraflexibles. El cerebro no se congela cuando crecemos, sino que mete el freno en algunos momentos. El cerebro es elástico, pero durante la evolución ha creado un montón de moléculas para asegurar que no cambie demasiado.

Una de las preocupaciones respecto al tratamiento es que el cerebro cambie demasiado, borrando la personalidad el paciente en el proceso. Pero eso no sucedió en el estudio. Aunque los estudios implican el uso de medicamentos, se planea que eventualmente haya entrenamiento a través de videojuegos para generar los estados críticos sin necesidad de utilizar drogas.

Nafissa Ismail, de la Universidad de Ottawa, dice que este tipo de hackeo de periodo crítico debería verse con esperanza y cautela. La plasticidad de un cerebro joven es un arma de doble filo: aunque es más fácil aprender ciertas habilidades, el estrés ambiental y social puede dañarlos mucho más profundamente.

Es aún muy pronto para saber si los beneficios del tratamiento superarán sus costos. Es poco probable que la gente sin serios problemas médicos quiera consumir drogas duras para poder tocar prodigiosas sonatas en el piano. Pero Hensch dice que ha sido buscado por víctimas de infartos cerebrales y otros padecimientos que quieren darle a su cerebro una segunda oportunidad.

[The Atlantic]