Obras maestras de la pintura en la época de Facebook, Instagram y WhatsApp
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 04/11/2014
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 04/11/2014

Der Schrei der Natur (El grito de la naturaleza, 1910), Edvard Munch
¿Cuántas veces has preferido usar un emoticón (o un emoji, según la denominación en boga) como sustituto de las tres o cuatro palabras que te tomaría describir esa emoción? ¿Cuántas veces los íconos precargados de Facebook, WhatsApp u otras redes sociales y aplicaciones te han ahorrado un comentario o una explicación y, mejor, han servido como una herramienta de síntesis y economía del lenguaje?
Retomando en parte la presencia de esta gráfica cotidiana y casi siempre a la mano, Nastya Ptichek, artista de origen ucraniano que ha intervenido obras pictóricas emblemáticas para establecer un puente expresivo entre la potencia artística de cuadros como los de Hopper y la aparente nimiedad de un ícono que representa un rostro enviando un beso.
El resultado es paradójico, también un tanto cómico, pues además de dar cuenta de ese desfase al respecto de las posibilidades casi infinitas de la expresión y las emociones, de algún modo también muestra que el ingenio es en esencia la actualización de viejos conceptos a la realidad presente.

Early Sunday Morning (1930), Edward Hopper

Summer Evening (1947), Edward Hopper

Seika kobai (Arreglo floral con ciruela roja, ca. 1810), Kitagawa Utamaro

Avant l'entrée en scene (Deux danseuses) (1874), Edgar Degas

Conference At Night (1949), Edward Hopper

San Girolamo (San Jerónimo escribiendo, 1605-1606) Caravaggio

Ascensione di Cristo, Dosso Dossi

El juicio final (1525), Jan Provoost

El Jardín de las Delicias (detalle, 1490-1510), Hieronymus Bosch

Creazione di Adamo (La creación de Adán, 1511), Michelangelo Buonarroti