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No es broma: los comediantes están clínicamente más locos que tú

Por: Luis Alberto Hara - 03/04/2014

Los comediantes tienen puntuaciones más altas de lo normal en pruebas psicóticas, quizá demostrando una vez más el vínculo entre locura y creatividad.

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Casi se podría decir que el trabajo de un comediante es dejarte pensando que él o ella están un poco locos. La verdad es que, cuando lo miras en papel, muchas de las características cognitivas que podrían describir a un buen comediante son similares a aquellas que, de forma más extrema, definen la psicosis. Imaginar conexiones entre objetos o ideas que aparentemente no tienen conexión, es una característica fundamental de la esquizofrenia, pero también es el inicio de cualquier broma de Padre de Familia o Los Simpson. Cambios bruscos de ánimo pueden definir un episodio bipolar, así como pueden producir una situación divertida en cualquier sitcom o programa de comedia.

Recientemente, un grupo de psicólogos liderados por Victoria Ando de la Universidad de Oxford quiso comprobar estas similitudes aplicando un cuestionario psiquiátrico a más de 500 comediantes. Los participantes fueron contactados a través de agencias, clubs de comedia y otros grupos en Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia. Cada participante se conectó en línea y completó el O-LIFE (Oxford–Liverpool Inventory of Feelings and Experiences), una herramienta que sirve para medir comportamientos psicóticos.

La O-LIFE se enfoca en cuatro escalas cognitivas. La escala de "Experiencias Inusuales" mide cosas como creencias mágicas o paranormales. "Desorganización cognitiva" se fija en procesos de atención y distracción. "Anhedonia Introvertida" mide la habilidad para sentir placer social o intimidad. Y “No-conformidad impulsiva” evalúa la tendencia a comportamientos impulsivos o incluso comportamientos antisociales.

Los comediantes pueden ser mucho más divertidos que tú, pero los resultados muestran que también están bastante más cerca de volverse locos. Los participantes sacaron puntuaciones más altas en las cuatro pruebas que un sujeto promedio, según reportan Ando y su equipo en el British Journal of Psychiatry. Como punto de comparación con otros personajes del mundo del espectáculo, los investigadores hicieron también la prueba a algunos cientos de actores. En todas las escalas menos en una (“Experiencias inusuales”), los comediantes sacaron mayores puntuaciones.

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Los resultados corren en paralelo con investigaciones sobre la conexión existente entre creatividad y locura. Esta evidencia sugiere que ambas, la mente enferma y la mente creativa, muestran “desinhibición cognitiva” (un problema para filtrar pensamientos inútiles y extraños).

Que los comediantes sacaran puntuaciones altas en "Anhedonia Introvertida" y "No-conformidad Impulsiva" impresionó a Ando y su equipo. Estas escalas están diseñadas para medir rasgos divergentes (la primera sugiere temperamentos reservados o depresivos, mientras que la segunda apunta a comportamientos maníacos o extrovertidos), lo cual ha llevado al equipo a pensar en  que los comediantes muestran comportamientos bipolares. Al parecer, lo comediantes son a veces introvertidos y huraños, mientras que en otras ocasiones pueden ser el alma de la fiesta.

Por supuesto, los comediantes están un poco chalados, pero entonces vale la pena preguntarse qué dice esto sobre los que nos reímos de ellos. Una teoría reciente sobre el humor (que se enfoca en por qué nos hacen reír tanto ciertos eventos trágicos), sugiere que a la gente le divierte que se violen las convenciones sociales, siempre que ellos no estén siendo amenazados. Puede que sea delgada la línea que separa a alguien que actúa como loco de alguien realmente loco, pero la clave es que la línea no sea tan delgada que el público no pueda notarla.

Y hay que tener cuidado, porque fingir que tu cerebro está mal puede ser para algunos psiquiatras síntoma de que tu cerebro está mal. Si no lo crees, puedes ver esta trágica pero divertida plática de Jon Ronson: