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Desde su fundación, CAE ha explorado la intersección entre el arte, la teoría crítica y el activismo político.
cae Critical Art Ensemble in Halle/Saale, Alemania, montando "Radiation Burn: A Temporary Monument to Public Safety""
Imagen: Herder3

Critical Art Ensemble es un grupo de cinco artistas que en la mayoría de los casos permanecen anónimos. Se trata de artistas con conocimientos en programación avanzada y varios medios audiovisuales, además de edición y performance. Desde 1987, CAE explora la intersección entre estas formas de arte y la teoría crítica, el pensamiento filosófico que busca ocuparse de la realidad e incluso de incidir en ella; algunos de los libros colectivos que han editado son The Electronic Disturbance (1994), Electronic Civil Disobedience & Other Unpopular Ideas (1996),Flesh Machine: Cyborgs, Designer Babies, Eugenic Consciousness (1998), Digital Resistance: Explorations in Tactical Media (2001), Molecular Invasion (2002), y Marching Plague (2006)

Los llamados “medios tácticos” (tactical media) les han permitido producir piezas artísticas desde la performance tecnológica, la instalación científica y las exhibiciones públicas, en museos o Internet. En 2004, Steve Kurtz (uno de los miembros fundadores de CAE) fue detenido por el FBI, acusado de bioterrorismo. Las acusaciones fueron desestimadas y Kurtz ganó el caso cuatro años después, pero el que un artista hoy en día pueda ser percibido como un terrorista por el poder, sin duda es digno de notarse.

Una de sus últimas intervenciones en espacio público consiste en realizar grandes fiestas para celebrar la victoria del sistema capitalista, con un espíritu de vital carnavalización. Por ejemplo, la primera fiesta se llevó a cabo en Sheffield, Inglaterra, para celebrar la tasa de desempleo de 20%; la segunda ocurrió en Japón, donde el tema fue el fracaso de las instituciones culturales del país para ser verdaderas instituciones públicas.

Curiosa victoria del CAE: que por el costo de un boleto de $1 dólar puedas asistir y formar parte de una pieza de performance contracultural, utilizando las “armas del enemigo” para desestabilizarlo. El situacionismo y su carga lúdica siguen pulsando en estos asomos de rebeldía, que no por su aparente naïveté pierden eficacia.

También suelen realizar jams de programación en vivo y crear piezas escultóricas a partir de data, como en A Public Misery Message: A Temporary Monument to Global Inequality (2012): el grupo hizo una representación gráfica de la inequidad que separa a 1% de los más ricos del mundo versus 99% restante. A bordo de un helicóptero, el espectador es elevado del suelo para apreciar la altura de la obra, que es una forma un tanto dramática de representar esa brecha que separa a los ricos de los demás.

En nuestros días, el arte contemporáneo parece haber dejado de tener vías de comunicación con la realidad de la gente: convertido en un artículo de élite o de iniciados, el arte vio medrar su potencial subversivo. Probablemente de las ruinas de este arte aún posible, CAE y otros grupos rebeldes logren reivindicar del arte su capacidad desestabilizadora, haciendo un arte propio de los tiempos en que vivimos, que atente contra nuestras ilusorias seguridades y cuestione nuestras certezas condicionadas.