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Medios británicos alarman sobre posible llegada del crucero Lyubov Orlova, infestado de ratas, a costas de Escocia o Inglaterra.

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La noticia del día en los medios británicos, con cierto escándalo, es el posible encallamiento de un barco de carga que se encuentra a la deriva por el norte del océano Atlántico y que albergaría una colonia de ratas alimentándose de otras ratas. Este barco "fantasma" (sin tripulación) se estaría acercando a costas británicas, aparentemente con la posibilidad de hacer contacto con Escocia, según advertencias de "expertos", como señala el diario The Independent, en lo que parece la crónica anunciada de una escena de horror (quizás sea atinado apuntar que la historia y su fácil encabezado con palabras claves como "fantasma", "ratas caníbales " o "infectas" y hasta "amenaza", así como la agónica espera de su llegada componen una especie de sueño sensacionalista, aunque con tonos poéticos, de un redactor).

El barco en cuestión es el crucero Lyubov Orlova, construido en 1976 en Yugoslavia y abandonado en muelles canadienses luego de que sus dueños se vieran involucrados en un escándalo por deudas e incumplimiento de pagos. Las autoridades de Newfoundland, quienes al parecer ya habían detectado la presencia de ratas en el barco, buscaron venderlo en cerca de 1 millón de dólares a la República Dominicana, pero una tormenta se desató y dejó a la deriva al Lyubov Orlova. El curso del barco ha sido registrado por señales emitidas el 12 y 23 de marzo luego de que botes salvavidas cayeran al agua (¿acaso con ratas mutantes buscando perpetuarse allende el naufragio?). Una semana más tarde, señales de radar identificaron un barco desconocido moviéndose en dirección a Escocia.

La inminente trayectoria fatal de este crucero fantasma es sobre todo fruto de las declaraciones del "experto" Prim de Rhodes, rescatista belga, quien declaró a The Sun: "Ella [la nave marítima] está flotando por ahí en algún lado. Habrá muchas [ratas] seguramente comiéndose entre sí. Si me toca subir a bordo, tendré que rociar veneno por todas partes". (Se sabe que las ratas, cuando enfrentan la inanición, se alimentan de sus crías e incluso las madres se comen a sus bebés cuando éstos nacen con disfunciones o "emiten el olor equivocado"). El guardacosta en jefe de Irlanda, Chris Reynolds, dijo, según The Independent, que el barco probablemente sigue representando una amenaza, ya que si bien "ha habido enormes tormentas en la últimos meses", es "difícil hundir una embarcación como ésa. Debemos mantenernos vigilantes". Lo cual ahora es equivalente a una alarma mediática inspirada por la belleza lúgubre de la historia. Curiosamente, las declaraciones de Reynolds que recoge The Guardian son mucho menos amenazantes.

A esta construcción de pánico se agrega el hecho de que los habitantes de la isla británica ya pueden esperar en sus casas la invasión de "ratas mutantes resistentes al veneno y que llevan enfermedades letales", según informó hace unos días el Daily Mail. Quizás las ratas que avanzan inexorablemente hacia el litoral británico, sorteando el mar proceloso y eludiendo radares, son una súper cepa de roedores caníbales y quizás hasta zombies que infatigablemente encontrarán tierra firme. Y, entonces, habrá que llamar a un nuevo San Patricio, para que haga con las ratas como antes con las serpientes en la isla vecina.

Twitter del autor: @alepholo