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Anke Domaske, bioquímica y diseñadora, da a conocer "Qmilch", una tela hecha de leche orgánica no apta para consumo humano que tiene el aspecto de la seda y las propiedades del algodón.

Anke Domaske es una diseñadora alemana que posee además una formación en bioquímica, mezcla más que interesante e imprevisible que ya le ha hecho merecedora de un premio por haber inventado una tela hecha enteramente de leche.

El textil, de nombre “Qmilch” —que funde las palabras alemanas para calidad y leche— es una fibra sustentable que tiene el aspecto de la seda y puede lavarse y secarse como el algodón, además de no presentar un riesgo para las personas con alergias cutáneas.

Luego de dos años de pruebas, la diseñador y su equipo sistematizaron un proceso para reducir la leche a polvo de proteína que se puede hervir y presionar hasta obtener hebras, las cuales a su vez se pueden convertir en tejidos gruesos o delgados, según se prefiere. Cabe mencionar que la leche utilizada es leche orgánica vetada para el consumo humano por no cumplir con los estándares de calidad de las autoridades alemanas.

La Asociación de Investigación en Textiles de Alemania otorgó a Domaske su premio de innovación por este desarrollo que, se dice, podría revolucionar la industria del vestido.

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