“Elegir entre la dignidad y la obediencia”: Eduardo Galeano habla sobre el mundo actual
Sociedad
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 05/25/2012
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 05/25/2012
Eduardo Galeano es uno de los intelectuales latinoamericanos más reconocidos de varias generaciones, sobre todo por su singular mezcla de lucidez, combatividad y crítica, aderezada con un estilo que lo hermana con algunos de los movimientos literarios más celebrados del continente.
Recientemente Galeano, ya de 71 años de edad, ofreció una entrevista al diario catalán La Vanguardia, realizada por la periodista Ima Sanchís. Ahí el autor de Las venas abiertas de América Latina, entre otros títulos no menos leídos, habló de la situación actual de este mundo basado en la lógica utilitaria del trabajo y al producción, en el desgaste que esta acarrea para otros aspectos fundamentales del ser humano como las relaciones sociales o la posibilidad de libertad.
“Somos una civilización de soledades que se encuentran y desencuentran continuamente sin reconocerse. Ese es nuestro drama, un mundo organizado para el desvínculo, donde el otro es siempre una amenaza y nunca una promesa”, dice Galeano, para quien el prójimo se ha convertido, acaso sin nosotros quererlo, en una especie de enemigo al cual, sin embargo, es necesario y urgente acercarse.
El escritor uruguayo ahondó sobre ese comportamiento acrítico que parece dominar a la mayoría de la población en el mundo, por el cual situaciones como la guerra, el miedo o la violencia nos parecen totalmente normales, siendo que, en sentido estricto, no deberían suceder.
Sanchís pregunta frontalmente: “¿Somos un gran rebaño de borregos?”, a lo cual Galeano responde, no sin cierto animo esperanzador: “Por todos lados aparecen símbolos asombrosos de resistencia y de vida. Lo mejor que tiene la vida es la capacidad de sorpresa”.
¿Cómo averiguar si uno está vivo o es un muerto viviente?
Habrá que preguntarse hasta qué punto soy capaz de amar y de elegir entre la dignidad y la indignidad, de decir no, de desobedecer. Capaz de caminar con tus propias piernas, pensar con tu propia cabeza y sentir con el propio corazón en lugar de resignarte a pensar lo que te dicen.
[…]
¿Qué faceta humana nos destruye?
El conformismo, la aceptación de la realidad como un destino y no como un desafío que nos invita al cambio, a resistir, a rebelarnos, a imaginar en lugar de vivir el futuro como una penitencia inevitable.
En cuanto a la libertad, un asunto siempre difícil de definir en su dimensión práctica, Galeano dice:
Los desafíos que uno enfrenta cada día son los que te abren una rendija para elegir entre la dignidad y la obediencia. Libre es el que es capaz todavía de elegir la defensa de su dignidad en un mundo donde, quieras o no, en algún momento tendrás que tomar partido entre los indignos y los indignados.