*

Abrevando de referencias pop y folclóricas que por familiares nos resultan siniestras, el fotógrafo Joshua Hoffine retrata algunos arquetipos del horror contemporáneo.

Quizá, entre las emociones que el ser humano puede sentir, ninguna tan atávica como el miedo, ninguna tan profunda, tan enraizada en nuestra historia más antigua, lo mismo como individuos que como especie.

Sin embargo, con el desarrollo de la cultura las manifestaciones del miedo también se han modificado, pasando de elementos primitivos y en su mayor parte relacionados con la naturaleza, a formas mucho más refinadas y en relación con aspectos de muy diversa índole. Así, por poner un ejemplo, el llamado “temor pánico”, en evidente relación con las potencias indómitas del mundo natural condensadas en el dios Pan, se ha convertido y multiplicado en una profusión de reflejos que recalan a veces en las entidades menos esperadas.

Una atractiva síntesis de esta transformación contemporánea del horror se encuentra en la labor fotográfica del estadounidense Joshua Hoffine, quien ha destacado en el montaje de elaboradas escenas que buscan conceptualizar estos arquetipos contemporáneos del miedo.

El trabajo de Hoffine es interesante, entre otros aspectos, porque a la manera del célebre concepto freudiano de lo “unheimlich”, lo que resulta ominoso o siniestro por ser familiar y cercano, el fotógrafo abreva de fuentes que de alguna manera nos resultan reconocibles de inmediato aunque no sepamos decir bien a bien por qué: el cine, la literatura, el folclor y la cultura popular y pop, están ahí sutilmente deslizadas para establecer un vínculo inquietante entre el espectador y la escena atestiguada. 

Cabe mencionar que estos resultados Hoffine los consigue gracias a una labor previa sumamente esforzada que incluso lo acerca a la producción fílmica (mucho de lo cual se comprueba en el "detrás de cámaras" que el fotógrafo comparte en su blog personal.

[Huffington Post]