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Aunque con un artificio, la artista Anne Lindberg consigue suspender en el rincón de una habitación un rayo de luz, simulado con innumerables hilos en tonalidades diferentes de un mismo color.

“¡Luz! ¡Más luz!”, se dice que exclamó Goethe en su lecho mortuorio, apenas un instante antes de su última expiración, acaso porque la luz en su inagotable e infinito tránsito es una de las señales más evidentes del paso del tiempo y la vida. Pero quizá si la luz pudiera detenerse, nuestras concepciones sobre estos dos cambiarían radicalmente.

Aunque por medio de un artificio, la artista Anne Lindberg ha conseguido esta permanente petrificación de la luz en el tiempo y el espacio, dando lugar a notables dibujos tridimensionales que simulan rayos luminosos suspendidos en la esquina de una habitación.

Para cada uno de estos, que igualmente podrían denominarse esculturas, Lindberg y sus asistentes utilizaron hilos de colores que fijaron a una pared, dando volumen y simulando la “radiación interna” con hebras en distintas tonalidades del mismo color.

Aquí un timelapse que, por lo adecuado de la técnica de filmación elegida, muestra con todo detalle el proceso detrás de estas obras:

Actualmente el trabajo de Lindberg se exhibe en el Museo de Arte de Nevada con el título de Modal Lines, Líneas Modales.

[Co.Design]