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Estudio estadístico revela que la edad de 33 años está considerada como la feliz en la vida, al parecer porque es una especie de punto medio entre la inocencia infantil, el salvajismo adolescente y la decadencia de la madurez.

Aunque la felicidad, casi por naturaleza, es uno de los estados más volátiles que puede experimentar el ser humano, sus reminiscencias y evocaciones nos hacen pensar de continuo que es posible fijarla en un punto específico del que, a la vuelta del tiempo, podemos decir que efectivamente fuimos felices. Así, la infancia es una de las etapas predilectas de quienes encomian la felicidad de las cosas pasada, o la primera juventud y sus momentos iniciáticos.

Pero avanzando en dicha progresión temporal parece ser que ahora la etapa de la vida que se considera la más feliz se cifra en los 33 años, una edad que en nuestro tiempo parece oscilar entre la juventud y la adultez sin mucha voluntad de quedarse en esta.

De acuerdo con una investigación estadísticas llevada a cabo por Friends Reunited, una red social inglesa por Internet, la población británica asegura no haber sido realmente feliz sino hasta que alcanzó los 33 años de edad, respuesta que dio un 70% de los encuestados, todos más allá de los 40.

La psicóloga Donna Dawson explica esto haciendo notar que en los 33 ha pasado suficiente tiempo como para despojarse de la ingenuidad infantil y el salvajismo de la adolescencia, pero sin perder ni la energía ni el entusiasmo de la juventud. En suma, una especie de punto medio en que las fuerzas vitales, intelectuales y acaso anímicas se encuentran en perfecto equilibrio.

[Huffington Post]