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El fotógrafo español Samuel Aranda consiguió la mejor imagen del año según los jueces del World Press Photo, retratando la compasión en medio del dolor y el caos; otras categorías muestran también lo mejor del fotoperiodismo.

El ejercicio de la fotografía dentro del periodismo consigue, con suma frecuencia, imágenes de notable calidad que además tienen un trasfondo sumamente específico, síntesis de un momento singular, irrepetible, de circunstancias críticas que el fotógrafo hábil sabe condensar en una instantánea cargada de significados.

En este sentido, el World Press Photo es uno de los certámenes más interesantes de fotografía periodística, pues reúne las tomas de todo un año y, aunque parezca una decisión imposible, elige solo una a la que otorga el título de “Fotografía del Año”, entre otras categorías.

Para el 2011 los jueces eligieron el trabajo del fotógrafo español Samuel Aranda, quien, en las revueltas de la llamada Primavera Árabe, específicamente las que se dieron en Yemen, retrató a una mujer que sostiene en su regazo el cuerpo herido de un hombre, presuntamente su familiar, a quien recibió en una mezquita que fue habilitada como hospital de campaña.

La imagen nos recuerda, indeleblemente, la célebre escultura de Miguel Ángel, la Pietà, en que una Virgen doliente mira con estupor el cadáver de su hijo recién bajado de la cruz. En la fotografía de Aranda, sin embargo, la mujer, además del tradicional velo que impone el credo musulmán, luce unos asépticos guantes de látex que contrastan grandemente con el amoroso tacto de su cuerpo entero.

Respecto a este parecido, declaró Aranda: "Cuando trabajaba no me daba tiempo a pensar. Es una foto un poco diferente porque la mujer muestra entereza", además de considerar que la imagen es únicamente fruto del oficio, nada más.

"La foto ganadora muestra un momento conmovedor y compasivo, la consecuencia humana de un acontecimiento enorme, un acontecimiento que sigue desarrollándose", declaró por su parte Aidan Sullivan, presidente del jurado.

Entre otras imágenes notables está la conseguida por Stephanie Sinclair, quien se alzó con el primer puesto en la categoría de Historias Contemporáneas al retratar a dos parejas, casualmente también yemeníes, formadas por niñas de 6 años y hombres de 25, matrimoniados según las reglas del país.

 

Por otro lado, tenemos a esta mujer japonesa, Chieko Matsukawa, que rescató de entre las ruinas el certificado de graduación de su hija. Su sonrisa parece desbordar los límites de la imagen y, por un instante, ocultar el escenario de destrucción que la rodea, consecuencia del tsunami ocurrido en Japón en marzo del año pasado. La fotografía es obra de Yasuyoshi Chiba y ganó la categoría "Gente en las Noticias".

[Washington Post]