Top 7: lugares más peligrosos del Sistema Solar
Ciencia
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 02/29/2012
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 02/29/2012
Podríamos pensar, si no se trataran de conceptos esencialmente humanos, que la tranquilidad y el peligro son una de las dualidades constantes no solo de nuestro planeta sino del universo entero, que así como se encuentran lugares relativamente apacibles, en otros la vida tal y como la conocemos admiraría apenas un instante el paisaje frente a su mirada antes de desaparecer, por trituración o quemaduras o cualquiera otra de las amenazantes condiciones que ofrecen estos siete lugares que según Ron Miller, del sitio io9, son los más peligrosos del universo.
Una presión atmosférica insoportable, constantes lluvias de ácido sulfúrico y temperaturas de hasta 700 grados centígrados no parecen ser condiciones propicias para ver de cerca la superficie venusina abundante en salientes montañosos.
Nuestro Mar Muerto parece palidecer frente al mar de hidrógeno que se encuentra en Júpiter: un escenario más que adecuado para un Zeus tronante donde los relámpagos se combinan con los repentinos cambios de estado del elemento.
Para no salir de la órbita detengámonos en Ío, uno de las llamadas lunas galileanas de Júpiter. El lugar, aunque ofrece una vista inigualable del mayor de los planetas del sistema solar, goza también de una viva actividad volcánica, con ríos de azufre corriendo al pie de las erupciones.
Uno de los puntos más alejados de nuestro sistema, Plutón se caracteriza por sus bajas temperaturas que incluso congelan el oxígeno circundante. En la superficie se registran entre 228 y 238 grados centígrados bajo cero, con lo cual una persona caería víctima de algo más que la hipotermia en el instante mismo en que pisara el planeta.
La poética designación de este punto del cosmos en poco ayudaría a esquivar los millones de icebergs que giran frenéticamente en torno al planeta.
El mayor de los satélites saturninos posee una atmósfera que además de fría y densa es sumamente venenosa cuyos gases, de combinarse con oxígeno, producirían una fatal explosión de la que difícilmente se contarían sobrevivientes.
¿Quién no desearía surcar el universo arriba de un cometa, manteniendo el equilibrio en semejante tabla de surf hecha de material cósmico a una velocidad difícilmente alcanzable con los recursos humanos inmediatos? El problema, claro, es la inestabilidad del transporte y la alta probabilidad de desintegración que supone este entretenimiento.
[io9]