Se dice que una de las fuentes energéticas más limpias y amigables con el medio ambiente es la energía solar. Y también una de las más desaprovechadas, pues a pesar de que los rayos del sol bañan el planeta, hasta ahora no se han implementado las medidas necesarias para convertir, a gran escala, toda esa energía en una fuente útil para las actividades humanas.
En el mundo hay, sin embargo, un puñado de grandes y ambiciosos proyectos que intentan revertir esta situación, acaso para que su ejemplo se imite y otros apuesten por aprovechar el alimento que diariamente nos ofrece el astro solar.
Como parte de los festejos por su quincuagésimo aniversario, la empresa japonesa Sanyo construyó una enorme estructura recubierta en su superficie por más de 5,000 paneles solares, de ahí que ostente el mérito de ser el edificio más grande del mundo con estas características.
También en Oriente, particularmente en la provincia de Shangdong, en el norte de China, se encuentra un complejo corporativo que opera únicamente con energía solar. Por su forma semicircular, que simular un reloj de sol, le permite aprovechar aún más la energía recibida.
La empresa australiana EnviroMission planea construir estas torres de casi 750 metros de altura cuya principal característica es que la energía solar se utiliza para calentar el aire que activa un turbina, proceso mediante el cual se obtiene energía eléctrica de manera mucho más limpia.
Por ahora la idea de EnviroMission es solo un proyecto cuyo costo ronda los 750 millones de dólares, pero en California las autoridades del ramo ya han aprobado que EnviroMission se convierta, con este método, en su proveedor de energía.
Especializado en arquitectura biomimética, Michael Pawlyn ha propuesto un proyecto sumamente singular y más que atractivo: plantar un bosque en pleno desierto del Sahara. En el proyecto también participan el diseñador Charlie Paton y el ingeniero Bill Watts.
Se espera que en 2015 este proyecto se eche a andar y, si funciona como se tiene previsto, los beneficios ambientales en la zona serán mayúsculos, desde el impacto en las condiciones en que se producen los alimentos, hasta la posibilidad de reforestar otras áreas lastimadas por la erosión.
La Desertec Industrial Initiave es el proyecto solar más ambicioso en el mundo. Su presupuesto es de 550 mil millones de dólares, mismos que se destinan a desarrollar “un sustituto de energía seguro, sustentable y amigable con el ambiente”. El sitio de su instalación será también el desierto del Sahara y se planea que brinde energía a todos los países del Norte de África, los del Medio Oriente y Europa entera.
La primera planta ya se encuentra en construcción: una fuente de 150 megawatts con 20 kilómetros cuadrados de superficie.