Sinestesia y creatividad: más que una relación directa, una ventana a cómo percibimos estéticamente
Arte
Por: Andrés Cota Hiriart - 12/14/2011
Por: Andrés Cota Hiriart - 12/14/2011
La sinestesia es una condición neurológica hereditaria en la que se da un puente entre sentidos. Las personas que la presentan experimentan reacciones sensoriales reales cuando perciben estímulos físicos que no corresponden a dicho sentido. Es decir: se registran efectos cerebrales en un sentido cuando se perciben los detonadores físicos de otro; por ejemplo: colores cuando se escuchan tonos musicales, sabores para sonidos o colores para letras y números. Bajo el efecto de algunas drogas alucinógenas, como el LSD y la mezcalina, se puede llegar a experimentar una especie de sinestesia temporal, pero las asociaciones no son iguales a la condición porque no son consistentes ni cubren todo el rango del sentido involucrado. Para un sinesteta las asociaciones son involuntarias, inmediatas, constantes, totales para todos los estímulos del sentido en cuestión y consistentes durante toda la vida. Esto es que sí para una persona la letra A, por ejemplo, es roja, siempre lo ha sido y siempre lo será, y no solo es roja, sino un tono particular de rojo; además de que el resto de letras del alfabeto tendrán también su color propio y tono particular. Se puede hacer una prueba de ello pidiéndole a esa persona que, de entre una paleta de millones de colores, asigne el color y tono con que ve cada letra; veinte años después repetimos la prueba y elegirá exactamente el mismo tono para cada una.
Hasta cierto grado las asociaciones sinestéticas están involucradas en procesos mentales comunes para todos. Tal es el caso de la formación de metáforas, por ejemplo, decir que un coche “es amarillo chillón” estrictamente hablando no tiene mucho sentido, ya que se está utilizando un carácter auditivo para describir un color (o sea que se está haciendo un puente intersensorial); sin embargo, la mayoría, exceptuando a la gente con esquizofrenia, entiende a qué se refiere uno cuando lo hace. De ahí que se haya sugerido que quizás exista una relación entre la sinestesia y la creatividad, relación basada también en un sesgo histórico, pues muchos de los primeros pacientes reportados eran artistas (Nabokov, Kandinsky, Messiaen, Victor Hugo, Sid Barett, Stevie Wonder, entre otros). Sin embargo, al día de hoy dicha relación no ha podido ser comprobada. Lo que sí se ha probado es que existe un fuerte vínculo entre la condición y la manera en la que todos percibimos estéticamente.
Jamie Ward, uno de los científicos líderes en el campo, y la artista Samantha Moore elaboraron una serie de animaciones basadas en las asociaciones que un grupo de personas con sinestesia de colores y formas para sonidos experimentaban ante ciertos tonos musicales. Estas animaciones fueron luego mostradas a un grupo de gente normal. En el experimento se mostraron las animaciones tal cual como los sinestetas las vivían y rotadas noventa grados. Se pidió a la gente que evaluara qué tan afines eran las animaciones a los sonidos; cuál de las dos versiones sentía que era más correcta u orgánica. El 99% de la gente entrevistada eligió la manera en que los sinestetas percibían los sonidos como la más adecuada. Lo cual sugiere que al parecer existe una relación entre la sinestesia y la manera en la que percibimos artísticamente, ya que, aunque no se tenga la condición, se prefiere la experiencia estética de los que sí la tienen.
El campo de estudio de la sinestesia es relativamente joven, pues hasta hace poco tiempo las experiencias subjetivas no eran tomadas en cuenta por la ciencia. Sin embargo, la condición nos puede decir muchas cosas sobre la manera en la que funcionamos, porque basta tener un cerebro que no lo haga normalmente para poder asomarnos al de toda la especie.