A continuación presentamos la crónica de un hombre que debe valorar, más que la mayoría de nosotros, la vida. ¿La razón? Sencillo, cayó de una altura de 762 metros, durante un salto de paracaídas, y sobrevivió.
"A 2500 pies mi compañero de salto ensancha su campana, reduciendo rápidamente su velocidad. Yo me enredo y él se aleja. Incapaz de volar con una bola de nylon, choco contra un campo de maíz rompiéndome la pelvis, espalda y cuello, que me inducen una parálisis instantánea. Mientras permanezco en el suelo a la espera de ayuda, se hace patente el shock medular, que paraliza mi diafragma e impide que respire por mí mismo. Tras el boca a boca pierdo la conciencia y me llevan al hospital, donde despierto días después y comienzo mi vida como tetrapléjico. Me ha tomado más de cuatro años y medio poder observar este video."