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La tela de una araña y la música están vinculadas en su estructura, según concepto matemático

Ciencia

Por: Jimena O. - 12/10/2011

Matemáticos del MIT acuñan concepto matemático que podría revela la secreta conexión de todas las cosas en el universo.

La tela de una araña es una de las formas geométricas más perfectas de la naturaleza, creada, para sorpresa de nuestro entendimiento, sin ninguna intuición matemática aparente aunque, podía suponerse, con cierto conocimiento secreto de la armonía y la perfección.

Ahora científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts han descubierto que estos patrones guardan una relación íntima con las estructuras sónicas de una melodía.

Los investigadores analizaron una telaraña en su composición a nanoescala, en combinación con el concepto matemático de “olog” [ontology log], acuñado por David Spivak, uno de los participantes en el estudio, que permite categorizar abstractamente las propiedades generales de un sistema (sin importar de cuál se trate) y mostrar las relaciones inherentes entre la función y la estructura. Sobre estos, Markus Buehler, otro de los involucrados, explica:

Los olog nos permiten compilar información sobre cómo los materiales funcionan en un manera matemáticamente rigurosa e identificar esos patrones que son universales para una amplia gama de materiales. Su potencial para la ingeniería de construcción del entorno —en cuanto al diseño de nuevos materiales, estructuras e infraestructuras— es inmenso.

Además, este concepto permite “revelar nuevas relaciones entre ámbitos aparentemente disímiles con el objetivo de mejorar la ingeniería y el diseño de materiales”, agregó Joyce Wong, de la Universidad de Boston.

En este sentido la relación entre la tela de la araña y la música se refiere a que una telaraña es suficientemente robusta para evitar una falla catastrófica debido a los distintos materiales empleados en las fibras de sus hilos. En música, los teóricos han observado que, de manera parecida, al suprimir acordes sueltos de una secuencia armónica provoca un efecto menor en la calidad armónica de toda la secuencia.

Alguna vez se dijo que Dios hablaba el lenguaje de las matemáticas. Quizá, con este concepto del olog, el logos de la ontología, redescubramos que la divinidad, al igual que todas las cosas en el universo, caben en una especie de aleph matemático en el que todos convivimos interrelacionados secretamente.

[Science Daily]